El ribadedense acusado de abusar de su hija negó ayer haberle tocado los pechos de forma libidinosa, tal como sostiene la acusación particular, que mantuvo su petición de cuatro años de prisión en el juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia. La defensa del acusado, a cargo de Carmen Pardo, sostiene que los abusos no existieron, y que el padre simplemente exploró a su hija, que se quejaba de un dolor. Resalta además que la denuncia fue presentada el mismo día que el acusado estaba en el hospital asistiendo al nacimiento de otro hijo con una pareja distinta a la madre de la niña.

A su favor tiene el informe psicosocial, que ve muy improbables los abusos. El fiscal no acusa. Uno de los psicólogos que declaró en el juicio aventuró que la denuncia de la menor era una especie de llamada de atención a su padre. De hecho, la menor ha querido seguir viendo a su progenitor. La niña, que ahora tiene 14 años, mantuvo su versión. La menor contó los hechos a una amiga en el colegio y luego a los profesores, que lo comunicaron a la madre, que ejerce la acusación particular, asesorada por la letrada Ana María González.