Tras cometer sus robos en viviendas unifamiliares, la mayor parte con sus moradores dentro, los miembros de una banda itinerante albanesa tenían el cuajo de grabarse festejando sus asaltos, brindando, bailando o lanzando el dinero en efectivo al aire, para luego compartir los vídeos en las redes sociales. Tal comportamiento no podía pasar desapercibido a la Policía, que ha desarticulado el grupo, arrestando a cinco de sus miembros, que estaban radicados en dos células en Valencia. Se les atribuyen al menos 12 robos en domicilios de Madrid, Pontevedra, Guipúzcoa, Navarra y también Asturias. Con los beneficios se pagaban los vicios: prostitución, drogas y alcohol.

Los miembros de esta banda se volvían especialmente violentos cuando eran sorprendidos. Las primeras pesquisas llevaron a la localización en Valencia de un ciudadano albanés que estaba colaborando con diferentes grupos criminales -integrados por compatriotas- que acudieron a España con la única intención de cometer robos con fuerza.

Las vigilancias establecidas por la Policía permitieron identificar y localizar a los componentes de la banda y conocer su modus operandi. Desde Valencia se desplazaban hacia Madrid y el norte de España para llevar a cabo los asaltos.

En una primera fase, los agentes desarticularon una de las células, que en ese momento se había trasladado hasta la cornisa cantábrica para iniciar una campaña de robos. Alquilaban alojamientos por el plazo de un mes y, desde estos domicilios de seguridad, se desplazaban por todo el Norte . Luego permanecían por espacio de siete a diez días en dichos inmuebles para luego regresar a Valencia, donde entregaban el botín a otro clan criminal de origen macedonio-croata.

Esta primera intervención concluyó con la detención de dos personas en Pamplona y otras dos en Valencia. Asimismo se incautaron numerosos efectos que los detenidos acababan de sustraer en uno de los asaltos, esta vez en la localidad de Egüés (Navarra).

En una segunda fase los agentes desarticularon la célula restante, que perpetraba los asaltos en Madrid. Contaban con la colaboración de un peruano, ahora detenido, que colaboraba estrechamente en labores logísticas. Facilitaba a los miembros del grupo criminal la búsqueda de alojamiento, vehículos, elección de las viviendas idóneas para el robo e incluso la distribución en el mercado negro de los efectos sustraídos.

La organización efectuaba sus desplazamientos con grandes medidas de seguridad y realizando conducciones incluso temerarias para tratar de evadir la vigilancia policial. La Policía ha realizado dos registros domiciliarios en Navarra y Valencia, en los que los agentes se han incautado de equipos de comunicación, linternas y otras herramientas utilizadas en los asaltos; una báscula de precisión, gran cantidad de piezas de joyería y relojes de primeras marcas así como dinero.