La presidenta de la protectora Parque Animal de Torremolinos (Málaga), Carmen Marín, acusada de exterminar a 2.200 animales, negó ayer los hechos y aseguró que tiene fobia a las inyecciones y sólo usaba las jeringuillas para dar medicina oral. La procesada aplicaba menos producto eutanásico, causando "una lenta y dolorosa agonía". Comparte banquillo con el empleado Felipe Barco.