La Policía Nacional detuvo al dueño de un lavadero de Castellón que tenía trabajando para él a un hombre al que no tenía contratado, ni asegurado, le daba bocadillos de mortadela para su manutención y le hacía dormir en el trabajo, en el suelo sobre cartones. La situación se destapó al ser alertada la Policía por una fuerte discusión, provocada porque el empresario se negó a pagarle al trabajador los 400 euros de salario que le había prometido.