Los ciclistas asturianos han mostrado su indignación por los continuos sabotajes que sufren en las carreteras asturianas. El último, el pasado domingo, después de que más de medio centenar de ellos pinchasen por las miles de chinchetas que uno o más desconocidos esparcieron en la N-634 entre El Berrón y Colloto. También en el Alto de la Madera.

Los colectivos ciclistas del Principado califican la situación de "muy grave. Se trata de un hecho que no es anecdótico, porque en Asturias, por desgracia, viene siendo habitual", aseveró José Luis Junquera, presidente de la Federación de Ciclismo del Principado. "Hace dos años alguien sembró de chinchetas la pista de ciclocross de La Morgal, donde corren chavales, sólo porque las bicicletas les molestaban". En su opinión, el aumento de los ataques "es el caldo de cultivo ideal para una guerra entre ciclistas y automovilistas" que pronosticó, "tendrá muy difícil solución".

Iván Balagué, de la Sociedad Cicloturista Asturiana, señaló que "se trata de la cuarta vez que este suceso se repite en el mismo lugar", pero la dificultad de identificar a los culpables les impide presentar una denuncia formal ante la Guardia Civil. Él mismo sufrió un sabotaje, que achaca a "alguien que disfruta haciendo daño a los ciclistas y que ha sido capaz de conseguir chinchetas en cantidades industriales para luego lanzarlas desde el coche".

Ambos coinciden en reclamar más vigilancia y sanciones ejemplares que disuadan a posibles reincidentes.

La Guardia Civil, a través de su perfil oficial en Twitter, ha solicitado colaboración ciudadana para encontrar a los responsables del acto.

Proteger a los ciclistas es fundamental, señala José Ramón Pérez, presidente de la Sociedad Cicloturista Asturiana, quien hace un alegato en defensa de "los que vamos en bicicleta", pues está claro que " somos personas, tenemos familia, y con esto se ponen en riesgo vidas humanas".