Esta madrugada se cumplió un año de la desaparición de Diana Quer, la joven madrileña de 18 años cuyo rastro se perdió en la verbena de A Pobra do Caramiñal, que estos días ha vuelto a vestirse de fiesta. Sobre estas galas sobrevuela la pregunta de qué le ocurrió a la joven cuando regresaba a su casa tras finalizar la noche festiva. Su madre quiso ir a buscarla, pero la joven le manifestó su intención de volver a casa caminando. Así lo indican los wasaps que envió a uno de sus amigos madrileños en los que alertaba de que un hombre la estaba increpando. "Morena, ven aquí", decía. Estas palabras fueron pronunciadas por uno de los feriantes que trabajaba en las atracciones de las fiestas. Fue uno de los primeros hilos de los que tirar y parece que se retoma. Todo siguen siendo especulaciones.

Y es que según fuentes municipales, a lo largo de este fin de semana varias patrullas del grupo de Acción Rural de la Guardia Civil procedieron a la identificación de los feriantes tanto en las zonas de acampada como en el entorno de las atracciones como práctica rutinaria. Fue precisamente uno de estos comerciantes el último contacto humano conocido con la joven, por lo que, en vista de que otras hipótesis fueron perdiendo peso, la investigación podría volver sobre sus pasos. Este extremo sería tal que estaba prevista una reconstrucción del itinerario que habría realizado Diana Quer a tenor del análisis de los movimientos de su terminal, que no implica que fueran las suyas, ya que no se descartaría que la joven fuese por un lado y el móvil (hallado en Taragoña por un mariscador) por otro.

La localización de su teléfono certifica que la joven madrileña llegó al último tramo urbano del trayecto de vuelta. Unos testigos la vieron desde la terraza de una pizzería situada en el paseo de la playa en dirección a su casa en las horas previstas. Más inquietantes son los pasos de después. Su móvil señalaba que la joven habría abandonado A Pobra en dirección contraria a su casa de veraneo, en la urbanización de Cabío, y montada en algún vehículo a tenor de las distancias realizadas y el tiempo empleado en ello.

Y es que además de fiesta y visitantes, lo que también se ha incrementado esta última semana en A Pobra es la vigilancia policial. Tanto vecinos como turistas reconocen que hay mayor número de fuerzas de seguridad en la calle y en el entorno de la fiesta y el centro de A Pobra. El dispositivo habitual para las fiestas se ha duplicado con el fin de dar con alguna pista o elemento que ayude a encaminar la investigación.

Su teléfono móvil es la única prueba tangible del caso. Su hallazgo abrió una nueva línea, la del análisis de la información que guardaba en él, sin embargo toda esperanza se desinfló ya que, por el momento, no ha ayudado a esgrimir información al caso. Ni entre los contenidos almacenados en su nube ni en el propio iPhone 6 blanco apareció nada relevante. Otro escenario es el muelle de Taragoña, donde un mes después se localizó su móvil y varios testigos situaron a Diana Quer junto a un hombre con "malas pintas" y cambiándose de vehículo.