Dos varones de apenas veinte años se encargaron el día de Navidad de "espantar" al hombre que presuntamente intentaba raptar a una mujer en el centro de Boiro, un suceso que precipitó la detención, cuatro días después, de José Enrique Abuín. "El Chicle" seleccionó a su víctima rápidamente y tras adelantarla con el coche, la esperó, para luego exigirle que le diese el móvil. Al ver la resistencia de la mujer, le dijo que era una broma e hizo ademán de irse. Pero la joven se quedó mirando a la matrícula y "El Chicle" reaccionó cogiendo una palanqueta del coche con la que la amenazó para que se introdujese en el maletero del vehículo. Falto de fuerzas por una lesión en el hombro de la que había operado poco antes, no fue capaz de meter las piernas de la joven en el maletero. Al cerrar la puerta varias veces magulló las piernas de la chica. Fue cuando aparecieron los dos jóvenes. "Si no llegamos, seguiría llenando el pozo", dicen. Conforme se acercaron al coche, los gritos eran cada vez más brutales. Al verlos, la víctima les pidió auxilio, pero advirtiéndoles que tenía un cuchillo. En un momento de descuido, la joven pudo salir, y "El Chicle" decidió huir. La chica memorizó parte de la matrícula, dos nueves y una D, suficientes para que los agentes de la Policía Judicial de Noia, al día siguiente, supiesen que era el coche del sospechoso de hacer desaparecer a Diana Quer. La joven se refugió con los dos chicos en el bar Las Vegas. "Entraron y me contaron todo. Mientras esperábamos, la chica no dejaba de llorar y estaba muy nerviosa", asegura la propietaria del bar.