La Federación de Boxeo de Castilla y León ha presentado una denuncia contra uno de sus entrenadores, I. M. G., de 36 años y origen asturiano, por supuestos abusos sexuales a dos alumnas de 18 y 17 años, y por mandar un whatsapp de contenido impropio a una de 14. A las tres entrenaba en un gimnasio privado de Madrid. La Federación puso los hechos en conocimiento del Consejo Superior de Deportes y de la Dirección General de Deportes de la Junta, suspendió cautelarmente a I. M. G. y optó luego por denuncias los hechos. La denuncia interpuesta inicialmente en un juzgado de Valladolid ha llegado finalmente a un órgano de instrucción de Carmona (Sevilla), donde se habrían producido los delitos.

El denunciado ejerció como entrenador en Asturias y Madrid y lleva vinculado a la federación castellanoleonesa desde hace casi tres años, si bien no ha llegado a dar clases en Castilla y León. La licencia única le permite estar federado en una comunidad y ejercer su actividad como entrenador en otra.

Las alarmas saltaron el pasado año. A primeros de abril, el presidente de la Federación en Castilla y León, Pedro Retuerto, recibió el correo electrónico de la madre de una de las afectadas, de 18 años, en el que pedía ponerse en contacto para comunicarle unos hechos graves. La citada alumna había sufrido abusos a finales del mes de marzo de 2017, durante un desplazamiento con su profesor a distintas competiciones en Sevilla. Los dos se habrían alojado en la misma habitación del hotel. La púgil, tras mostrar en su casa una conducta extraña y encerrarse en su habitación, terminó por confesar a su madre lo ocurrido en Sevilla y que las relaciones habían sido en contra de su voluntad.

Más casos

Luego, otras alumnas se animaron a contar sus casos. Se supo que una adolescente de 14 años había recibido un whatsapp de fuerte contenido sexual. También salió a la luz que una joven de 19 años había sufrido abusos a manos del entrenador cuando tenía 17. Esta última, que ha testificado ya dos veces en un juzgado de Leganés, mantiene que fue objeto de tocamientos y de una relación sexual plena entre 2015 y principios de 2017, hasta que decidió contar tras saber que no era la única afectada.

"Me abrió los ojos y fue entonces cuando las dos decidimos contarlo. Todo el mundo metido en el boxeo está ya al corriente de lo ocurrido", explicó la joven, quien en su momento precisó de asistencia psicológica, que tendrá que volver a recibir. Las dos jóvenes comparecieron en un juzgado de Leganés, a raíz de la denuncia presentada por el presidente de la Federación de Boxeo de Castilla y León, y ejercerán como acusación particular.