Instituciones Penitenciarias no ha tenido en cuenta la petición de la dirección de la cárcel de Villanubla, en Valladolid, de traslado para las asesinas de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco a la cárcel asturiana por mal comportamiento.

Montserrat González y su hija Triana Martínez, que cumplen condenas de 22 y 20 años de cárcel, se han convertido en dos presas conflictivas y desde que fueron trasladadas a la cárcel vallisoletana mantienen una actitud de enfrentamiento constante con el resto de las internas.

En total llevan casi dos años en este penal, adonde llegaron procedentes de la prisión de Mansilla de las Mulas, en León, de la que también fueron trasladadas por su mal comportamiento. Fuentes cercanas al caso apuntan a que la dirección de la cárcel de Villanubla ha solicitado el traslado al penal asturiano teniendo en cuenta también que el padre de Triana y marido de Montserrat González, comisario de la Policía Nacional en Astorga, se encuentra ahora viviendo en Gijón.

Sin embargo, a pesar de su constante actitud de enfrentamiento con el resto de presas y con los funcionarios, las asesinas de Isabel Carrasco seguirán en Valladolid.

Fuentes cercanas al caso aseguran que si las dos presas no se adaptan es por una cuestión de actitud y porque además no están de acuerdo con cumplir la condena que se les impuso y se rebelan en la cárcel. Una condena que es definitiva.

Al parecer, madre e hija, que comparten celda y que mantienen una relación peculiar debido a que Triana Martínez muestra una dependencia total de su madre, quieren que se las vuelva a desplazar al centro penitenciario de Mansilla de las Mulas, una opción que por el momento parece descartada. En esta prisión estuvieron primero con carácter preventivo, desde el día que se las detuvo por el asesinato de Isabel Carrasco, y una vez que se hizo pública la sentencia, que declaró culpable de asesinato a la madre y cómplice y cooperadora a su hija Triana, siguieron en este penal hasta ser trasladas a Valladolid.

"Las Carrascas", como se las conoce en la cárcel, son dos mujeres muy conflictivas y por eso desde la prisión vallisoletana se solicitó no solo su traslado, sino que se las separase. Durante los casi dos años que llevan en la prisión de Villanubla, ninguna de las dos ha podido solicitar permiso ordinario, dado que tendrán que cumplir un tercio de sus correspondientes condenas para poder disfrutar de estas salidas.

Además, si no mejora su conducta dentro del penal podrían denegárseles estos permisos aunque hayan cumplido con la parte proporcional de la pena que se exige.

Fuentes penitenciarias apuntan a que es la madre la que más problemas genera, con una actitud altiva tanto con el resto de compañeras como con los trabajadores de la institución penitenciaria.