Fueron los tíos de la pequeña Laia los que entraron por la fuerza en el piso y mientras uno se quedaba en la puerta con el hijo de los dueños, el otro recorría la vivienda, hasta que en una habitación cerrada encontró un colchón fuera de sitio y bajo él, el cuerpo de la pequeña de 13 años a la que todo el barrio llevaba tres horas buscando. Presentaba varias heridas de arma blanca y le faltaba ropa. Ahora la investigación se centra en saber si Laia, que sufría un autismo menor, sufrió abusos sexuales y el móvil del crimen.

La pequeña bajó de casa de sus abuelos a las siete de la tarde. En la calle, dentro del coche, la esperaba su padre. Pasaba el tiempo y la pequeña no llegaba, así que su padre pensó que la pequeña se habría despistado e inició una búsqueda infructuosa junto a su actual pareja y a la madre de la niña, que encontró a una patrulla de la Policía Local que se sumó a la búsqueda. Más tarde, el padre haría lo mismo con los Mossos d'Esquadra. Además, utilizaron las redes sociales para pedir ayuda, y todo el barrio se la prestó.

La familia llamó puerta a puerta en el edificio. En el primero tardaron en responder. Salió un hombre envuelto en una toalla y recién duchado, que dijo no saber nada. Y la búsqueda continuó. Pero las sospechas que habían levantado su actitud fueron cada vez mayores, así que un hermano del padre y uno de la madre volvieron a ese piso. El hombre tardó más en abrir que la primera vez. Cuando lo hizo ya estaba vestido, pero sus respuestas eran incongruentes, así que los tíos de la pequeña empujaron la puerta y entraron por la fuerza en la vivienda. Al encontrar el cuerpo de la pequeña, los gritos se extendieron en el bloque y en la calle, y llegaron a escucharse hasta en el cuartel de la Policía Local, situado a unos 50 metros.

Los agentes se presentaron de inmediato en el inmueble y detuvieron al presunto autor del crimen, que se limitó a repetir: "Yo no he sido, yo no he sido".

Los agentes tuvieron que protegerlo de la muchedumbre al sacarlo del edificio ya detenido y también ayer, cuando volvieron con él para practicar el registro.