Agentes de la Guardia Civil de Gijón interrogaron en calidad de investigado a un ganadero de Peñamellera Alta por dejar el veneno que causó la muerte de una hembra de quebrantahuesos el pasado abril. Es el segundo ganadero de la zona al que se sorprende usando carbofurano para envenenar a especies salvajes. En diciembre, otro fue condenado a pagar 3.600 euros por dejar ese veneno.

El animal fue hallado el pasado 5 de abril por dos técnicos de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, en Llavandes (Peñamellera Alta). El quebrantahuesos, de nombre "Julia", había nacido en febrero de 2016 y tras un periodo de incubación artificial en Ordesa, había sido liberado en los Picos de Europa dentro del proyecto "Life+ Red Quebrantahuesos". En la necropsia, realizada en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos de Ciudad Real, se hallaron concentraciones de carbofurano, un insecticida prohibido y letal para los animales.

Los agentes del Seprona realizaron varias batidas por la zona con perros especializados en la detección de venenos. El pasado 19 de abril, se halló un bote de cristal escondido en un hueco de una cabaña situada en Alles. Criminalística determinó que era carbofurano. El día 2 de julio, se tomó declaración al ganadero B. E. M., que tenía arrendada la cabaña en la que se encontró el veneno. Se le imputa un delito contra la fauna.