Es un histórico del narcotráfico. Trabajó con Laureano Oubiña y José Ramón Prado Bugallo, más conocido como Sito Miñanco, a quienes suministraba los barcos con los que transportaban sus alijos de droga. El allerano Manuel Miranda Velasco, que llevaba fugado desde el año 2003, acaba de ser detenido en Getafe por la Policía Nacional, aunque en los últimos años estaba instalado en el sur de España, concretamente en Málaga, donde según todos los indicios seguía dedicándose al negocio de la droga, ya que se desplazaba a menudo a Marruecos y tenía en su poder dos teléfonos encriptados, que, según la Policía, son utilizados habitualmente por las organizaciones criminales.

Manuel Miranda comenzó a ser conocido en 1999 tras ser detenido en relación a las 12.500 toneladas de hachís intervenidas a bordo del "Regina Maris", una operación de Laureano Oubiña y cuyo fracaso propició su huida a Grecia.

Sin embargo, no se hallaron pruebas suficientes para procesar a Miranda, que pudo continuar con sus actividades al permanecer en libertad.

A Miranda se le relacionó en 2001, dentro de la "operación Grumete" que instruyó el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, con la red de apoyo a Sito Miñanco. En 2003, con un alijo de 3,5 toneladas de cocaína a bordo del "Cork", un mercante interceptado en alta mar por Vigilancia Aduanera. Tenía en vigor cuatro requisitorias de detención y tres prohibiciones de salida con dos identidades distintas.

En 2007, el Tribunal Supremo lo condenó, en ausencia, a 14 años de cárcel y multa diez millones de euros. Formaba parte de una organización de doce personas que transportaron desde las costas andaluzas hasta Galicia un barco, el pesquero Rapanui, con 2.197 kilos de cocaína a bordo.

Huellas deterioradas

Cuando fue detenido anteayer martes en Getafe, Miranda iba con documentos peruanos, con los que podía moverse por todo el mundo. También disponía de una documentación croata. Para evitar ser identificado, había modificado sus huellas digitales hasta deteriorarlas, utilizando microimplantes de piel, además de quemaduras o cortes. Por otro lado, se había realizado un injerto de pelo para evitar ser reconocido. Sus esfuerzos han sido inútiles.