Asturias volvió a revivir el pánico de los incendios forestales de octubre de 2017 o febrero de este año. Una gran nube de humo y pavesas se extendió por todo el centro de la región, llegando incluso a Gijón y Villaviciosa, donde muchos vecinos temieron el regreso del día sin sol. El origen de la gran humareda que llenó de olor a quemado la zona central estaba en el incendio que ha arrasado la sierra de Sollera, en el límite de Candamo, Grado y Salas. Durante toda la tarde y la noche de ayer, los Bomberos del SEPA trabajaron a destajo, incluido un helicóptero y tres empresas forestales. El fuego, de enormes dimensiones, afectó sobre todo a Candamo, que se llevó la peor parte, con el fuego cerca de las casas. Fue allí donde se concentraron los esfuerzos, para proteger las viviendas y cuadras. Al cierre de este periódico, las llamas seguían activas en los alrededores de Los Llanos (Salas), Prahúa (Candamo) y habían pasado a la sierra de "La Caba", en localidad candamina de La Mortera, y a Picaroso (Grado) y la zona de Villamarín, también Candamo. Fue necesario, por tanto, cortar la carretera AS-312 entre Prahúa y Picaroso. El Principado declaró el nivel 1 del Plan de Incendios Forestales (INFOPA) .

Más de 40 efectivos entre Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), operarios de empresas forestales y Guardería del Medio Natural del Principado continúan trabajando en las labores de extinción.

El intenso trabajo realizado a lo largo de toda la noche ha permitido estabilizar el incendio que continúa activo con varios frentes. Está previsto que a primera hora de la mañana, si la meteorología lo permite, se sumen a las labores de extinción los dos helicópteros de extinción de incendios del SEPA.

A estas horas, además de este incendio, se contabiliza otro fuego, en Grado, en Los Fornos, controlado por la guardería del Principado y que afecta a matorral.

"No va a parar, estamos rodeados de monte y con este viento..."

"Vi el humo y a la hora, el fuego delante de casa porque el viento lo fastidió todo", decía Soledad Álvarez, vecina de Prahúa y dueña de una de las casas amenazadas. Tal era la envergadura del incendio, que junto a su marido, Manuel Suárez, temían lo peor: "Ese sol naranja que parece la luna es cosa mala". También Mariano Gómez temió por sus más de 50 cabezas de ganado bovino y un rebaño de cabras y ovejas que tiene en el barrio "La Serruca". Junto con amigos y vecinos y la labor de los bomberos consiguieron que las llamas no cercasen la explotación, aunque hubo momentos de tensión y se barajó la evacuación del ganado.

Las fuertes rachas de viento, por encima de los 90 kilómetros por hora, complicaron las labores de extinción. Cambiaba constantemente la dirección del fuego. Además el aire hizo que volasen pavesas de sierra Sollera, que prendieron llamas en la sierra de Picaroso y se extendieron de noche hacia los montes de Castañeo (Grado) y Villamarín (Candamo).

"No va a parar, estamos rodeados de monte y con este viento...", clamaba Teresa Flórez, vecina de Prahúa mientras juntaba las manos, implorando. La mujer aseguró que nunca antes había visto unas llamas así. Tampoco Conchi Estrada, quien acudió para velar por su abuela y tía-abuela, de 95 y 94 años. La joven moscona ayudó también a mantener a raya las llamas que amenazaban la cuadra de Marcial Riesco, en el barrio "El Pontigo". "Venía a atender el ganado pero ya lo vi a pie de fuego", detalló.

También el moscón Alex Rodríguez retiró las reses que tenía en "La Caba", en La Mortera, "en cuanto lo quité todo, que estaba alrededor el fuego, vine a ayudar a Mariano, está difícil la extinción por el viento, el helicóptero iba casi de lado", precisó el joven en Prahúa.

Los efectivos desplazados atendieron cada foco y llamada de los vecinos con celeridad y durante la noche se centraron en la protección de las viviendas. También la Guardia Civil desplazó patrullas a la zona, que fueron las encargadas de cortar la vía entre Prahúa y Picaroso.

Otro incendio en Castrillón

En Castrillón se declaró asimismo un fuego, concretamente en una zona de monte y matorral situada entre la localidad de Bayas y Naveces. Bomberos del SEPA y el helicóptero del 112 participaban en la noche de ayer en la extinción del fuego, que debido al fuerte viento está siendo difícil de apagar. La Policía Local de Castrillón, que se desplazó también al lugar del incendio, indicó que el fuego está alejado de las casas y de la carretera de acceso a Bayas.