"Estoy en la cárcel cumpliendo por cosas que hice, pero también por cosas que no cometí, y no me parece justo", clamó ayer Carmen Llerandi (48), la noreñense acusada junto a su expareja, Samuel Quiroga (55), de asaltar a un anciano de 83 años en su casa de Posada de Llanera, tras presentarse como empleados municipales. Los dos han sido condenados varias veces ya por los asaltos que cometieron entre 2014 y 2016, siempre a ancianos. Cayeron en La Felguera, tras robar a una mujer de 88 años. Les atribuían al menos 200 robos y estafas. Samuel Quiroga deslizó en el juicio, celebrado en el Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo, que había sido su hermano gemelo el verdadero autor. "He hecho muchas cosas mal, pero no se me ocurriría hacerle algo así a un anciano. Cuando pasó, estaba en busca y con otra mujer", dijo.

Los dos están en prisión desde 2016. En aquella época tenían problemas con la heroína y la cocaína. Al principio cometían estafas. Cuando el enganche fue a más, vinieron los asaltos violentos. Cometieron el error de dejar en dos agendas la reseña de sus asaltos, con fechas, datos de las víctimas y hasta apuntes del tipo: "Todo salió bien". Eso permitió a la Policía aclarar numerosos robos, como el sufrido por José Augusto B. C., en Posada. Los dos negaron haber estado en casa del anciano. Cuando salían de quitarle 400 euros fueron vistos por Susana, una vecina que lo cuidaba como a un padre, al ser ambos del mismo pueblo de Trás-os-Montes. La mujer los identificó sin dudas. "Salían con una carpeta y pensé que eran de Servicios Sociales", declaró. Poco después apareció José Augusto, "sangrando por todos lados". Este hombre, muy deteriorado, no pudo reconocer a los acusados.

A eso se agarraron las defensas, a cargo de José Carlos Botas y Almudena López. No obstante, ambos pidieron que si se les considera autores del robo se tenga en cuenta su toxicomanía. La fiscal Esperanza González Avella, que les achaca una actuación sistemática y coordinada, mantuvo 5 años de prisión para cada uno.