Los policías que investigaron la muerte a puñaladas de Antonio Navarro, en el barrio de Patraix de Valencia, en agosto de 2017, sospecharon desde el principio de la viuda de la víctima, María Jesús o Maje, debido a que identificaron incongruencias entre la tristeza que manifestaba tras el crimen y la conducta que mantuvo durante su primera declaración, a lo largo de la cual chateaba continuamente.