Un joven perdió en la tarde de ayer el control de su vehículo, un Opel Astra, y acabó empotrado contra una caseta de aperos donde guardan sus útiles los usuarios de los huertos urbanos de Candás. El conductor circulaba desde la incorporación de la rotonda de Noval en dirección al barrio de Piñeres, cuando a unos 200 metros de alcanzar la altura del tanatorio de La Cruz perdió el control del vehículo. Ocurrió justo en una zona de curva a la izquierda pronunciada, tras una larga recta en sentido ascendente. Entonces, el vehículo salió sin control de la vía y cayó por un desnivel de unos metros hasta quedar empotrado, completamente volcado, en la caseta de aperos de los huertos urbanos.

El conductor no resultó herido de gravedad. Según la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, “se quejaba de un hombro”, sin que a priori se apreciasen más lesiones. Sin embargo, la brutalidad del choque fue tal que a muchos vecinos les impactó. De hecho, el vehículo quedó con el techo hundido por el incidente. En cuanto a la caseta, se vio dañada por una de sus esquinas, donde el impacto del vehículo provocó que se derrumbase buena parte de la pared, dejando al descubierto el interior del recinto.

Esta salida de vía se produjo en una vía donde el límite de velocidad es de 80 kilómetros por hora, con tramos en los que hay que bajar a 60 e incluso hasta 50, como en la zona para entrar y salir del punto limpio y del tanatorio de La Cruz.