Isabel prefiere creer que a su hija Caroline la secuestró una organización criminal en 2015 y que desde entonces esta la mantiene retenida en algún país lejano. Isabel prefiere creer eso porque también significaría que, por lo menos, Caroline sigue viva. La alternativa a agarrarse a un destino tan aterrador es resignarse a aceptar la explicación más plausible que le ofrecen los Mossos d'Esquadra sobre por qué su hija lleva desaparecida siete años: Caroline fue asesinada en la zona hermética de Sabadell y su homicida se deshizo del cuerpo. Isabel no puede aceptarlo. Un año más, junto a su marido, familiares y amigos se ha manifestado para intentar que nadie olvide que sigue Caroline desaparecida y, sobre todo, para impedir que dejen de buscarla.
![La Nueva España](https://estaticos-cdn.lne.es/images/logo-lne-white.png?id=c69cc0e62c2e65fae583)