La igualdad real y efectiva de las mujeres, en oportunidades y derechos, ha sido y es un objetivo prioritario para el Partido Popular, y así lo hemos demostrado a lo largo de nuestra historia con medidas y decisiones necesarias.
Se trata de un camino que desde luego no ha concluido, que tiene muchos retos aún por delante y que necesita nuevos pasos y más avances cada día, sin instrumentalizar a las mujeres para intentar lograr réditos electorales, sin dividir a la sociedad, sin discriminaciones ideológicas.
Porque la igualdad y la defensa de las mujeres debe ser una causa común, una labor de todos sin imposiciones ni enfrentamientos, para lograr un futuro mejor, una España y una Asturias donde prime el mérito, la capacidad y la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres.
Desde luego, el 8-M nunca debe ser el día de unas mujeres contra otras, como irresponsablemente pretende la izquierda.
Para el Partido Popular, la igualdad real está basada en la autonomía personal de tener un empleo, y por ello estamos muy orgullosos de que los gobiernos populares hayan logrado triplicar el empleo femenino durante su gestión, con medidas a favor de la igualdad y contra las inaceptables brechas salariales, de pensiones y de conciliación.
Pero es insuficiente, y por ello los populares seguimos planteando medidas concretas en la senda de la igualdad, como ampliar un dos por ciento la pensión de las mujeres trabajadoras madres de un hijo, que se une al incremento de hasta un 15 por ciento para las trabajadoras con dos o más hijos que fue aprobado por el último gobierno del PP.
Y queremos remover mediante un Pacto de Estado los obstáculos que originan la brecha salarial, especialmente para las mujeres que no quieren renunciar ni a su maternidad ni a su carrera profesional. No debe haber ningún tipo de desigualdad para que las mujeres ocupen cargos de responsabilidad.
También es necesario intensificar la lucha contra la lacra de la violencia hacia las mujeres, y por ello proponemos ampliar la Prisión Permanente Revisable a los asesinatos en los que previamente haya habido secuestro de la víctima, porque la sociedad no se puede permitir tener a maltratadores reincidiendo. A los que secuestran y asesinan a mujeres los queremos en la cárcel y por muchos años.
Hoy, 8 de marzo, el mejor homenaje que podemos rendir a todas las mujeres es seguir luchando para que puedan, con libertad, elegir el modo de vida que prefieran sin discriminación alguna.
