Alberto Menéndez

Otro tipo de política

Tan acostumbrados están a mirar a Madrid los principales partidos políticos asturianos para que les digan lo que tienen que hacer que en demasiadas ocasiones se olvidan de cuál es su principal obligación: defender los intereses de la región y de quienes en ella habitan. Así de sencillo. Los asturianos han elegido a su presidente y al resto de diputados autonómicos para eso, para hacer política aquí, en la Junta General del Principado, aunque ello conlleve tensiones con sus líderes nacionales o con sus correligionarios de otras comunidades.

En las últimas semanas se echa en falta algún tipo de protagonismo real por parte de la clase política asturiana ante una situación tan extrema, tan al límite como la actual. Una intervención que vaya más allá de las consignas lanzadas desde el Gobierno central o desde los cuarteles generales de los diversos partidos.

Las competencias sanitarias hace ya muchos años que fueron transferidas al Principado. Sin embargo, tal parece que no es así, dado la relevancia adquirida por el Ministro y no por el consejero asturiano. Por supuesto que debe haber una coordinación nacional para luchar contra la pandemia, pero al final la gestión diaria de la Sanidad corresponde al Ejecutivo del Principado y el control político de esa gestión le incumbe a la oposición en la Junta General. ¿Ha existido ese control, que no tendría por qué ser una descalificación a la labor realizada? No.

Quizás ha llegado el momento de que los políticos asturianos recapaciten sobre la labor que están desempeñando. Dejarse ir, sin más, como están haciendo desde hace ya demasiado tiempo, no es la solución para los problemas de Asturias, seriamente agravados por el COVID-19. No hay empuje, no hay iniciativa, no hay imaginación. El crac del coronavirus lo está dejando patente. Está bien que haya plenos en el Parlamento regional, pero ¿para qué? ¿Hay ideas, proyectos? Ahí está el problema. Que no es solo del Gobierno autonómico.

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