Haciendo memoria de mi estancia en Mar del Plata (Argentina) recordé la actuación del payador argentino Facundo Cabral, que en su concierto explicaba su origen pobre. Eran siete hermanos y su madre, llamada Sara, había sido abandonada por su marido y vivían en la más absoluta pobreza, hasta el punto de que el Presidente del Gobierno, posiblemente inspirado por un arrebato de humanidad, le realizó una visita y le dijo: "Sara, ¿en qué puedo ayudarte?". Y Sara le contestó: "Me conformo con que dejen de joderme".
Traigo esta historia porque me viene a la memoria el interés de los partidos políticos, sobre todo en vísperas electorales en ayudarnos, después de cerrar nuestras empresas, de hacer interminables las listas del paro, de reducir el valor del patrimonio, el que lo tiene. Podía hacer esta lista interminable, pero me quedo aquí. Yo, como la madre de Facundo Cabral, me conformo con que dejen de jodernos.
