Faltando aún por incorporar al menos dos jugadores (una cifra nada anecdótica en una plantilla de diez u once), el equipo que está construyendo el Liberbank Oviedo Baloncesto presenta un estatus similar al de otras temporadas a estas alturas: alguna certidumbre, alguna apuesta y un puñado de incógnitas. Nada que no se haya vivido antes.
En el apartado de certidumbres hay que colocar la aportación del renovado Arteaga, con un juego al poste como ninguno en la LEB Oro; el fichaje de Nuutinen, que sumará en múltiples facetas, y la más reciente incorporación de Jakstas, de sobra conocido en la categoría.
También hay apuestas. Por ejemplo, la renovación de Geks, del que se espera un paso adelante. O la cesión de Ignacio Rosa, un grande sub-20 con mucha mano que habrá de pelearse un hueco en una rotación profesional.
Pero también existen incógnitas. La más grande, el rendimiento defensivo de la línea de bases, con dos jugadores, Cárdenas y Ahonen, de marcada vocación ofensiva. El andaluz, además, no llegará a pleno rendimiento al comienzo de liga, por lo que es probable que haya que pensar en una tercera pata para el puesto. Tampoco se sabe aún si habrá complementos de garantías para Nuutinen y Arteaga. Javi Rodríguez tiene tarea en su estreno en el banquillo.
