Hace unos días se publicó la lista de los homosexuales más influyentes del pasado año. Son 75 personas de, no sé si decir de ambos sexos, o decir hombres y mujeres, o decir gays y lesbianas, para no molestar. Porque ya me armo un lío con la manipulación de la Real Academia Española.
En esta lista hay famosos de la tele, modelos, "influencer", como "Bollicao" una chica que tiene un canal en Internet llamado TodoElMonteEsOrgasmo donde cuenta su vida sólo apta para menores, y que figura en la lista por ser lesbiana. O King Jedet, otro "Influencer" cuyos méritos están en liderar el movimiento por el maquillaje en los hombres. Gran mérito, sin duda.
Espacio aparte merece Eduardo López Collazo, científico cubano afincado en España, que es el director de IdiPAZ (Instituto de Investigación Biomédica del Hospital Universitario La Paz). Cuando este señor dijo "que él es normal, y no por ser homosexual deja de ser normal", y cuando parecían superadas las barreras sociales por las preferencias sexuales de la gente, un año más, aparece esta lista con las personas con esta preferencia como algo excepcional. Es decir, si este eminente científico fuera heterosexual, casado con una señora y con dos hijos, no aparecería en ninguna lista de personas influyentes en ningún sentido.
Aquí se da el caso contrario: la xenofobia informativa inversa. Si eres heterosexual no eres nadie en la investigación, ni en el arte, ni hay listas que te valoren. Ahora que si perteneces a un grupo de gente con preferencia por la homosexualidad entonces estás en un lugar de privilegio. Es decir, que se pasa de la persecución del homosexual a convertirlo en élite por encima del hetero, sólo por el hecho de serlo. Cuando el señor López Collazo dice ser normal, como así es y debe ser, precisamente está defendiendo la idea de que las clasificaciones deben ser por la valía personal y no por sus preferencias sexuales. Es como si se hace una clasificación en la que sólo figuren personas calvas. Destacando la capacidad de Fulanito dentro de su trabajo, pero porque pertenece a esa clasificación de personas sin pelo en la cabeza. Lo que convierte a los calvos en personas de mayor preeminencia social por encima del resto, que disponen de una buena cabellera.
En esta lista caprichosa se demuestra que la xenofobia sigue en vigor, porque sino, a qué esta relación de personas que triunfan, algunas de ellas con dudosos méritos laborales, amén de ser gay o lesbiana, sólo por poseer un físico destacado, o por haber sido novia de Patricia Yurena, que fue Miss España 2013, como le sucede a Vanesa Klein, una cantante de discoteca que intentó ser representante de Eurovisión sin éxito.
Lo que no entiendo es por qué hay que hacer listas de gente por sus preferencias sexuales como si fuera una competición. Tal vez se me escapen intereses soterrados a los que no llego, y los motivos no son el uso voluntario del cuerpo, sino de los movimientos de poder fáctico que circulan alrededor de todo ello.
A lo mejor el secreto está en el "orgullo", adjetivación para la fiesta de la homosexualidad, que, según la RAE, es: "exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás". Pues eso.
