Nuestra alcaldesa ha defendido la declaración de la Universidad Laboral como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco con la misma suficiencia que unos días antes había defendido la posición contraria. Fue el clamor popular lo que la hizo cambiar de idea, aunque ella diga que lo que ocurrió fue que no se explicó bien, o que no la entendimos. Negar el pan y la sal al edificio de la Laboral por su origen franquista no tiene ningún sentido. La mayor parte de los grandes edificios que en el mundo son y han sido, se construyeron en condiciones que hoy nos avergonzarían, pero están ahí y hay que conservarlos, como mínimo, como ejemplo de la historia para no repetirla, si además se les puede sacar un aprovechamiento, será una manera de purgar su origen. Lo de poner en relieve, en la solicitud, el entorno en que se construyó es una obviedad que utiliza para justificar el diego en lugar del digo.
Dicho esto, ¿cumple el edificio las condiciones que la Unesco pone para un reconocimiento de este tipo? Las condiciones que la Unesco pone para una declaración de Patrimonio de la Humanidad, se mueven, como no podía ser de otra forma, entre lo confuso y lo difuso, seguramente para poder decidir en función de intereses espurios, lo que podría darnos alguna oportunidad, pero una respuesta positiva parece poco probable. Podríamos agarrarnos al condicionado IV que dice: "Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje, que ilustre una etapa significativa o etapas significativas de la historia de la humanidad". Calificar una mínima parte de la etapa franquista como significativa para la historia de la humanidad es un poco exagerado, pero bueno, los de Gijón somos grandones por naturaleza, así que podríamos tirar para adelante a ver qué pasa, pero el problema no es que la etapa que representa sea más o menos importante, el problema es que si nos basamos en el edificio en si, nos pueden dar en todos los morros por su estado de conservación, o mejor dicho, por su estado de degeneración.
El añadido plástico verde de la TPA a las espaldas del edificio podría descalificar la petición por sí solo, pero desgraciadamente, el edificio ha sufrido todo tipo de aberraciones sin que nadie levantara mucho la voz. Al plástico verde de la TPA hay que añadir el alicatado de la caja escénica del teatro, a la que se ha calificado entre otras cosas de "monumental, disonante, fuera de escala." Hay más aberraciones, Laboral Ciudad de la Cultura, también aporta su granito de arena, aunque su impacto sea menor que los casos anteriores, la fachada blanca podría haberse integrado mejor en el edificio. La utilización del patio central para toda clase de espectáculos, agujeros en las baldosas incluidos, tampoco es de recibo.
La nave ultramoderna de una multinacional a la que se le dieron toda clase de facilidades para construirla y de la que ya se deshizo con una seguramente considerable plusvalía, aparte de ser como una patada en toda la boca del edificio, oculta una buena parte de la fachada posterior y el Parque Científico y Tecnológico hace lo propio con la fachada principal. Por cierto, cuando se aprobó el Parque, un concejal de la oposición, desgraciadamente no recuerdo cual, advirtió a Jesús Morales, a la sazón concejal de Urbanismo, de esta circunstancia, la respuesta fue tranquilizadora, los edificios se harían de los mismos materiales que el edificio de manera que mas que tapar la fachada principal, la prolongarían.
No, no parece muy factible que la Universidad Laboral llegue a ser Patrimonio de la Humanidad, pero sí se puede aprovechar el momento actual, el protagonismo que el edificio ha adquirido, para hacer un plan integral de rehabilitación, iglesia y cúpula incluidas, para acabar lo inacabado, para devolverle el esplendor que tuvo y aprovechar los muchos espacios vacíos que ofrece. Es tan fácil como sentar alrededor de una mesa a todos los implicados en el tema, y poner encima de ella todas las posibilidades, todos los espacios, discutirlos olvidándose de intereses personales, de filias y fobias, llegar a un acuerdo y ponerse a trabajar al día siguiente para cumplir lo acordado.
¿Fácil, no?
¿O es imposible?
