Irma Menéndez Antuña tiene el título de maestra, aunque nunca ha ejercido en su vida. Es natural de Mieres, pero reside en Oviedo desde hace treinta años, y el Museo de Bellas Artes es una de sus debilidades. "Vengo a todas las visitas guiadas porque son una auténtica maravilla y aprendes muchísimo, solo me falta traer el colchón para dormir en el museo", comenta. "La verdad es que los profesionales que se encargan de explicar los cuadros lo hacen tan bien que te vas a casa sabiendo muchas más cosas y habiendo entendido cosas que de otra forma no hubieses visto", añade. A lo largo de todos estos años, Irma Menéndez ha visto muchas obras en el Bellas Artes, pero ahora mismo tiene predilección por un cuadro de Hermen Anglada-Camarasa titulado "Campesinos de Gandía". "Nunca había visto nada de este pintor hasta que llegó a Oviedo. Quizá sea algo un poco infantil, pero a mí me gusta mucho por su colorido y por lo mucho que expresa", asegura la mujer, que siempre ha tenido devoción por el arte. "Cuando era joven pensé en estudiarlo, pero al final no pudo ser", lamenta.