La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Puentón

La caca de los canes

Ante la poca o nula conciencia ciudadana que muestran algunos dueños que no recogen los excrementos de sus mascotas

Es de vox populi, pero la mayoría de los políticos hacen mutis por el foro. Se ha convertido en un verdadero problema en muchas de las localidades del Oriente, sobremanera en aquellas que viven del turismo buena parte del año, aunque quienes tienen mando en plaza no acaban de zanjar en dilema con actuaciones convincentes para que se cumpla a rajatabla la correspondiente ordenanza de tenencia de perros. Sí, sí,? No van nada descamisados: me refiero a la mierda que abunda por los espacios públicos de nuestras villas y ciudades ante la indiferencia de ciertos dueños de las mascotas.

Me consta que los ayuntamientos tienen normativas para sancionar a los propietarios de los canes por no recoger las cacas que van dejando por las calles o plazas, jardines o parques. Conste que maldita culpa debemos echarles a esos pobres perros, con independencia de la raza, a los que les aprieta el culo en un momento determinado y hacen sus necesidades en cualquier lugar, ajenos a las molestias que causan. Por supuesto que las mascotas que dejan sus heces sobre el espacio público no son las culpables del desaguisado, sino sus propietarios por eludir la obligación de retirar los excrementos.

Para nada trato de meter a todo el mundo en el mismo saco ya que soy testigo de cómo muchos dueños de mascotas llevan bolsas de plástico para cumplir con el pertinente cometido cuando el perrito se pone en posición para evacuar. Eso sí, otra cosa son los vecinos que se hacen los despistados para escaquearse y no doblar el espinazo o agacharse para retirar de la vía pública o zona verde -hasta en la misma entrada a la Oficina de Turismo o en el Parque Infantil, en Cangas de Onís- la mierda perruna. ¿Tan difícil resulta cumplir con ese elemental requisito de conciencia ciudadana?

Seguro que están pensando, ustedes, quienes me leen, que la responsabilidad debe recaer en los agentes de la Policía Local y así denunciar a los propietarios de los canes que "pasan" de retirar las cacas. Tienen razón, ¡qué quieren que les diga! Cuando a alguno de esos dueños les rasquen el bolsillo, por medio de la consiguiente sanción económica, seguro que se le quitará la tontería a más de uno. La verdad, no puedo llegar a entender cómo hay gente amante de los perros -faltaría más-, a los que miman, pero que elude por activa y pasiva a rendirse ante ciertos hechos incontestables como es el caso que nos ocupa: recoger en bolsitas la mierda de las calles y espacios públicos que evacuan sus propias mascotas. Y encima, haciendo caso omiso a la cantidad de paneles que abogan por la limpieza de las cacas perrunas. En bastantes ocasiones nos resulta más cómodo evitar llamarle la atención al dueño del perro que enfrentarnos al propietario del can.

Y por esa regla de tres me imagino que les ocurre algo similar a los agentes de la Policía Local cuando se ven en la tesitura de denunciar al infractor, no al de cuatro patas. Unas infracciones que duelen en el alma -y también en el bolsillo de los dueños de las mascotas-, propiciando enemistades. ¿O es más loable que la autoridad competente eluda su obligación? Lo primero sería advertir; lo segundo, de reincidir, multa leve; y, de volver a hacerlo, otra sanción más grave. Algo así como aplicarles la Educación para la Ciudadanía en petite comité.

No me escabullo de Arriondas, ni de Ribadesella o Llanes, donde el vecindario se echa las manos a la cabeza por esa similar situación de dejadez de cierto personal a la hora de recoger los excrementos de sus mascotas de las calles. Se ponen medios al alcance de todo el mundo -papeleras-, pero la cosa no va con algunos dueños. O sea, se la refanfinfla, llueva o arrecie el sol. Insisto, no trato de meter a todo cristiano en el mismo saco, ya que la mayoría de los propietarios de mascotas cumplen.

¿No queremos disfrutar de espacios más limpios y acogedores? Pues, empecemos por dar ejemplo ciudadano y evitar dejar las cacas de nuestros perros por calles o plazas; jardines o parques. Con el civismo seguro que nos saldrá más barato la tenencia de un perro que caga en los espacios públicos.

Compartir el artículo

stats