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La última morada de los dictadores

Mussolini y Pinochet están enterrados en capillas, Stalin tiene la tumba fuera del Kremlin, Mao Zedong, Fidel Castro y Kim Jong-il reposan en lugares venerados y Batista y Trujillo tienen mausoleos en Madrid

Tumba de Stalin

La intención del Gobierno de Pedro Sánchez de exhumar los restos de Francisco Franco para sacarlos del Valle de los Caídos, destinado sólo a víctimas de la Guerra Civil, invita a preguntarse cuál es la última morada de otros dictadores del siglo XX.

A diferencia de su sanguinario aliado Adolf Hitler, que se suicidó para evitar caer en manos soviéticas y cuyo cadáver fue luego incinerado, el italiano Benito Mussolini fue capturado y fusilado el 28 de abril de 1945. Luego, su cadáver y el de su mujer, Clara Petacci, fueron colgados y destrozados. Sus restos fueron sepultados en una tumba sin identificar en el cementerio de Musocco de Milán. Sin embargo, varios simpatizantes fascistas los desenterraron, iniciando un macabro peregrinar secreto hasta que el Gobierno democrático los localizó en 1946. Una década después fueron entregados a la familia y desde entonces están en una capilla del cementerio de San Cassiano in Pennino, en Predappio, lugar de nacimiento del dictador fascista.

Josef Stalin, fulminado por una apoplejía en 1953, reposó un tiempo junto al líder revolucionario Lenin, pero en 1961 el genocida fue trasladado al exterior de la muralla del Kremlin. El busto de su tumba, donde seguramente no descansa en paz, está colocado junto a los de otros dirigentes comunistas, se puede ver desde una parte de la Plaza Roja.

El chileno Augusto Pinochet abandonó este mundo en 2006 por causas naturales y sin pagar ante la justicia por sus crímenes. Fue incinerado y las cenizas fueron entregadas a su familia, que las depositó en una capilla privada en la quinta de Los Bolos, en Valparaíso.

El argentino Jorge Rafael Videla murió entre rejas el 17 de mayo de 2013, a los 87 años, y está enterrado en una tumba con nombre falso en un cementerio privado del Gran Buenos Aires bajo una lápida que dice "Familia Olmos".

Alfredo Stroessner, el hombre que aterrorizó Paraguay desde 1954 hasta 1989, terminó sus días olvidado e impune en 2006 en Brasil, país que le acogió tras ser derrocado. Su tumba está el cementerio "Campamento de la Paz" de Brasilia.

Enver Hoxha gobernó con puño de hierro la República Popular de Albania desde 1944 hasta 1984. Tras su muerte fue enterrado con honores en el cementerio nacional de los Mártires de Albania. En 1992, derribada ya la dictadura, sus restos fueron exhumados para terminar en un cementerio civil.

El líder comunista Josip Broz Tito, muerto el 4 de mayo de 1980, a los 87 años, está sepultado en "La casa de las flores", un mausoleo situado en el Museo de Historia Yugoslava en Dedinje, Belgrado. Ya no hay flores a su alrededor. Sólo piedras.

Fidel Castro comandó Cuba de 1959 a 2008. Tras su muerte, la urna con las cenizas recorrió el país durante nueve días y fueron depositadas en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago, donde también está el héroe de la independencia José Martí.

El hombre al que derrocó, Fulgencio Batista, murió en Marbella de un infarto en 1973. Fue enterrado en el madrileño cementerio de San Isidro, junto a su hijo Carlos Manuel, fallecido en 1969, con sólo 19 años.

Mao Zedong (1893-1976), líder absoluto de China de 1949 a 1976, es venerado en la plaza de Tiananmen, donde su cuerpo momificado reposa en un gran mausoleo a la vista del público.

Antonio de Oliveira Salazar estuvo al frente del Estado Novo portugués desde 1932 hasta 1968. Fallecido en 1970, fue enterrado junto a sus padres en la parroquia de Vimeiro, en Santa Comba Dao.

Muamar el Gadafi, el tirano que pisoteó Libia entre 1969 y 2011, murió apaleado y mutilado. Las autoridades decidieron enterrarlo en un lugar secreto.

El dictador comunista rumano Nicolae Ceaucescu (1918-1989) fue ejecutado con su mujer tras llegar a su fin el despótico régimen que dirigía. Está enterrado en el cementerio civil de Ghencea.

Pol Pot (1925-1998), el terrorífico líder de los Jemeres Rojos de Camboya, murió en 1998, a los 73 años, en la jungla. Un ataque al corazón que parecía no tener. Fue quemado con gasolina sobre un sucio colchón.

Kim Jong-il (1942-2011), padre del actual dictador de Corea del Norte, fue embalsamado y se conserva en un imponente mausoleo en el Palacio Kumsusan del Sol junto a una gran estatua de bronce.

Rafael Leónidas Trujillo impuso sin piedad su dictadura a la República Dominicana desde 1930 hasta su asesinato en 1961. Fue enterrado en el cementerio de El Pardo, a 25 minutos de Madrid.

Slodoban Milosevic sólo gobernó la República Federal de Yugoslavia de 1997 a 2000 y en ese tiempo se ganó el apodo del Carnicero de los Balcanes. Murió en la cárcel y fue enterrado en el jardín de la casa familiar.

Después de ser ahorcado el 30 de diciembre de 2006, el cuerpo del iraquí Saddam Hussein fue trasladado al mausoleo familiar en su pueblo natal de Ouja, al sur de Tikrit. Hoy no hay más que ruinas.

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