Crítica / Música

"Petit Pop": música para crecer cantando

El grupo asturiano presenta nuevo disco con un lleno en el teatro de la Laboral

El sábado pasado cientos de niñas y niños dejaron a un lado sus rutinas de fin de semana para entregarse de lleno a la música. A las cinco de la tarde el teatro de la Laboral era un hervidero y el patio de butacas presentaba un movimiento y desprendía una energía fuera de lo habitual. De repente, "Petit Pop" salió al escenario y todo el bullicio se coordinó para ovacionar al grupo. Magnetismo es la palabra para describir el efecto que causa la banda en su público, y la magia duró más de hora y media en la que sonaron canciones de toda su carrera, en especial las de su sexto y último trabajo, "Canciones para el coche", que han lanzado esta misma semana.

La actuación navideña en Gijón es ya una tradición para este grupo; pero lo que hace unos años eran llenos en la sala Acapulco se han convertido en llenos en el teatro de la Laboral o en la plaza Mayor, como este pasado verano. Más de mil personas familias enteras corearon himnos de discos anteriores como "No nos gustan los lunes" o "Queremos chuches" y se entregaron con las nuevas canciones. "Espabila" abrió el concierto" y tiene mimbres para convertirse en un hit, con "Riega Antón" las "Petit Pop" se adentraron en un nuevo estilo, el reggaetón. Poco les queda ya por explorar, porque en su repertorio se dan la mano el punk, el ska, el soul, el funk, el folk (entre otros) y mucho rocanrol. Canciones que son auténticos bombazos, como "Chuta el balón" dejan paso a otras con más matices como el lento caminar de "Tsunami", el pop sesentero de "Barbaridá" o el yodel tirolés de "Constantina tirolina" a la que puso acordeón David Varela.

"Petit Pop" salió al escenario con refuerzos: el "Petit coro" de niños y niñas que arroparon cada tema y la incorporación de Antía Seijas aportando sustancia con guitarras y teclados. Este grupo es la cara más visible de la "factoría Sonidópolis", una escuela de música de la que no dejan de surgir jóvenes talentos. Para muestra, Las eléctricas, que están a punto de sacar nuevo disco y que el sábado salieron a cantar "Sonámbula". Hubo otras colaboraciones: "Nosoträsh", Fany, Guille Momonje? pero quizás el momento más emotivo fue el reencuentro sobre un escenario de "Undershakers" (casi al completo) para cantar "Quiero un poni", un tema de garaje punk que lleva el sello de este grupo gijonés, especialmente en el muro de coros y la contundencia de la guitarra.

En la recta final hubo traca con "Hinchables" o "¿Por qué por qué?", que cerró el concierto con el público en pie, ovacionando y pidiendo más. Grupo e invitados salieron a saludar y quedó claro que la familia "Petit Pop" crece cada año, porque en el escenario había más de veinte personas de varias generaciones y con mayoría femenina. Y es que esta banda rompe barreras no sólo en lo musical, sino también desafiando convenciones, derribando barreras de género en el rock y creando comunidad. En definitiva, abriendo espacios para crecer no sólo escuchando sino también cantando.

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