Desodorante en el zapato: adiós a las rozaduras ahora que llega el calor
Un truco con el que, directamente, podrás evitar que el calzado te vuelva a hacer daño
Tal y como dice el refrán, la primavera la sangre altera. Y es que esta estación es un periodo de cambios. Es el momento de dejar atrás el frío, la lluvia y la nieve así como la oscuridad tan propias del invierno. Toca ir despidiéndose de los abrigos, de los guantes, de las bufandas y de las botas que tanto nos han ayudado y protegido estos meses, para darle la bienvenida a las cazadoras, a las blusas y camisetas y, algunos incluso ya a las sandalias.
Es temporada de cambio de armario o, en el caso de los más afortunados, de renovación. Y, si bien es cierto que hay muchos precavidos que todavía se resisten a guardar definitivamente aquellos jerseys más mullidos, a lo que no pueden negarse es a empezar a sacar el calzado más primaveral y veraniego. Con la llegada del buen tiempo y del calor, es imposible no sucumbir a la frescura de unas sandalias, de unas alpargatas o de unas zapatillas, por ejemplo. El problema, sin embargo, es que, tras meses con los pies encerrados y acostumbrados a los calcetines y la calidez de las botas de invierno, llevar otro tipo de calzado puede ser toda una aventura. Cuesta adaptarse. Incluso es doloroso. De hecho, es habitual que aparezcan heridas, rozaduras y ampollas. Y más aún si estamos de estreno. Además, da igual qué tipo de zapato lleves, que no hay forma de librarse. Ocurre con sandalias, con mocasines, con zapatos altos, puntiagudos, de traje…
Es un producto de uso cotidiano
Ante este doloroso problema hay dos opciones. O bien puede suceder que se nos quiten por completo las ganas de calzar este tipo de accesorios y de que nuestro pie respire, o bien tratamos de envolver como cual momia el pie con tiritas, vendas, apósitos o esparadrapos. Una técnica que, sin embargo, por más que nos empeñemos, no termina casi nunca de resultar. Con las altas temperaturas y la humedad de esta época, todos estos productos terminan resbalando y cayendo de manera que no habremos conseguido nada más que perder nuestro tiempo, nuestro dinero y nuestra paciencia. Esto puede resultar muy frustrante, por eso hoy te traemos un truco con el que, directamente, podrás evitar que el calzado te vuelva a hacer daño aplicando un producto de uso cotidiano que seguro ya tienes por casa.
Y es que no necesitarás más que un desodorante de “roll-on”. Además, vale cualquiera, no importa qué marca utilices. El procedimiento en sí es muy sencillo. Solo tiene dos pasos. El primero consiste en aplicar la barra de desodorante por la zona del zapato que te ha hecho daño, y el segundo en masajear un poco por el lugar en el que se ha puesto el antitranspirante. Eso sí, en caso de que ya tengas la herida deberás taparla, tanto si sigues este consejo como si no, para protegerla. Aquí abajo de te dejamos un vídeo del podólogo Alfredo Soriano (@doctorpodo en Tiktok) en el te explica el método entero:
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