Los romeros de la fiesta del cordero de Llagüezos no se cansan del plato estrella de la romería. En total, catorce asadores de los concejos de Lena y Quirós, que empezaron a trabajar al alba, prepararon 98 piezas, de las que se repartieron más de 700 raciones. Al calor de las brasas, Fernando Alcedo cocina la carne mientras que hace un cálculo rápido de los asistentes: «Decidimos rebajar un poco el número de corderos que íbamos a asar. Estaban previstos 120, pero como el día no amaneció despejado, asamos 98. A medida que pasa la mañana va llegando más gente, así que esperamos no quedarnos cortos».

No se quedaron cortos pero, más allá del mediodía, el Prau Llagüezos ya era un hormiguero de personas que, a pesar de la niebla, tenían mucha gana de pasarlo bien. Ricardo Fernández y Belén Vázquez son dos fieles seguidores de la corderada, a la que llevan acudiendo más de una década. Aunque no viven en el concejo de Lena, tienen una casa en el Quempu, por lo que pasan largas temporadas en el municipio. «Hoy trajimos de todo: paraguas, abrigo y sombrilla, que lo mismo te vale para un roto que para un descosido», explica Vázquez mientras pone la mesa.

Un poco más tarde, van a por su ración de cordero y se encuentran con una larga cola. «Parecía que había menos gente», dice Estela Álvarez, mientras sujeta el plato de su novio, Manuel Peyo. Los dos jóvenes, de 17 y 20 años, llevan acudiendo al Prau Llagüezos «desde que éramos pequeños» y «no nos la perderíamos por nada del mundo, seguiremos viniendo siempre que se pueda y que haya fiesta», dicen.

Aunque la romería guarda con celo a sus admiradores más antiguos, el Prau Llagüezos también tiene imán suficiente para atraer a nuevos seguidores. Santiago Fernández y Julia Fidalgo son dos madrileños que acaban de llegar a Asturias. Lo hicieron con la intención de visitar el parque de las Ubiñas, «pero como hacía tan mal tiempo nos lo pensamos mejor, y vinimos a la fiesta». Los madrileños se entusiasmaron «con el buen ambiente y la música». Tanto es así, que ayer se comprometieron a volver a la corderada el año que viene: «Si podemos y tenemos vacaciones, lo pondremos entre nuestras prioridades».

El escenario del alto de La Cobertoria se llenó de actividades antes del mediodía. Los primeros en pisar las tablas fueron los músicos de la Banda de Gaitas «La Güestia», de Lena, que encabezaron una «xuntanza» folclórica junto con el conjunto «El Teixu Manolo Quirós», del concejo vecino. Las agrupaciones contaron con un invitado muy especial: el conjunto «Estaferia», de la casa asturiana de Tres Cantos, en Madrid. El presidente del conjunto, Jesús Álvarez, señaló: «Ésta es la primera vez que decidimos subirnos a un escenario asturiano, elegimos la fiesta del corderu porque nos invitaron nuestros amigos de Quirós».

El momento más emotivo llegó después de la danza del público al son del «Asturias, patria querida» y la puya'l ramu. José Espinedo, «Pepe», de Carabanzo, y María Visita Viejo, de Quirós, se convirtieron en «Güelos del Aramo», un premio que cada año galardona a veteranos vecinos de Lena y Quirós.

«No tengo palabras para agradecer este acto, es un galardón muy importante para mí», señaló un emocionado Pepe que, a pesar de tener 90 años, dice sentirse «como un chaval». Su homónima de Quirós, María Visita, dejó claro que el premio «es un honor» y se mostró muy contenta por convertirse en la «Güela del Aramo» 2010. Los dos recibieron un obsequio de manos del alcalde de Lena, Ramón Argüelles. La ganadora del concurso de carteles de este año, Susana Ibáñez, no pudo acudir a recoger su premio.

El acto de los «Güelos del Aramo» también contó con la presencia de miembros de las corporaciones de Lena y Quirós y el consejero de Medio Rural y Pesca del Principado de Asturias, Aurelio Martín, que dejó claro que esta celebración «pone en valor los bienes de esta tierra, que es y debe seguir siendo un paraíso natural y rural». Por su parte, el alcalde de Lena, Ramón Argüelles, señaló «la participación de los vecinos» en la romería, «a pesar de que el día no está acompañando mucho».

Por la tarde, tal como reflejaba el programa, el Prau Llagüezos siguió bailando al son de la música del bar, en la carpa, y se vistió de fiesta para los más pequeños, que pudieron disfrutar de juegos infantiles. De esta forma, Lena y Quirós cierran, por cuadragésimo tercer año, una de las fiestas más tradicionales de la región, que tiene su origen en 1965. Desde su inicio, la romería sólo ha fallado en cinco ocasiones, todas por el mal tiempo. A nadie le cabe duda de que la fiesta del cordero es un día para el encuentro, para la amistad, para la reunión y para la familia. Tiene todos los ingredientes para hacer disfrutar: buena comida, tradición y hermanamiento. Si acaso, tan sólo le falta poder contratar el sol, pero ésa ya es otra historia.