Pola de Somiedo, Sara ARIAS

«Entrenamos aquí en Pola o en el pueblo de Perlunes, en un prado que está más o menos lleno de vacas», explican, entre risas, los hermanos Carlos y Cristina Chapín. Dos campeones. Estos jóvenes hermanos madrileños acuden todos los veranos a Somiedo de vacaciones con sus padres y ni en los días de veraneo interrumpen sus entrenamientos. Debe de ser por eso que Cristina tiene el récord femenino cadete de lanzamiento de disco en la Comunidad de Madrid y su hermano ha sido este año subcampeón y número uno por marca.

El aire puro asturiano también les ayuda a seguir en su lucha por convertirse en dos magníficos atletas. «Hace menos calor y es mejor para entrenar, porque ahora en Madrid te puedes morir», explica Carlos. Otro de los beneficios de pasarse la mañana tirando discos por el aire es hacerlo en un sitio que es «muy bonito, mientras entrenas estás viendo las montañas gigantes», detalla la joven.

Pero no todo el mérito del éxito de los hermanos Chapín se lo lleva el municipio suroccidental. La perseverancia y el esfuerzo son dos palabras que salen a relucir cada dos por tres. Lo tienen claro: sin un trabajo duro no hay metal. Y es que Cristina confiesa que su sueño está en ir a las Olimpiadas: «Sería lo máximo», añade. La meta olímpica les requiere de muchos sacrificios, quizás el peor, «no poder salir algunos domingos». Pero todo da igual cuando cogen en el disco en la mano y se disponen a lanzar, porque lo más satisfactorio es «cuando consigues una marca, lo secundario son los premios, lo primero es superarse a uno mismo», opina Cristina.

Para su hermano, «una lesión o una mala racha en los estudios» son la peor de las suertes. A este respecto lo tienen claro: los estudios son imprescindibles. En unos años, ambos se irán a Estados Unidos a estudiar con una beca deportiva, él, Ingeniería Aeroespacial y ella, Química. «Allí es distinto, la mentalidad es que si puedes sacar buenas notas y buenas marcas eres capaz y te dan una oportunidad», alega Carlos.

Aunque comenzaron realizando otro tipo de pruebas atléticas, el disco es su pasión. Cristina probó todos los lanzamientos y finalmente se decidió por el disco porque «es el más bonito y el más completo». Por su parte, Carlos estuvo compitiendo en carreras de cross hasta que dijo basta. «Corría, y es lo típico, te entrenas mucho y llegas a la carrera y hay 400 tíos más que pueden ganarte; como mi hermana empezó, un día probé a tirar y lo hice bien, además es una disciplina en la que al entrenar ves cómo progresas», asegura.

Pero de casta le viene al galgo. El padre de estos dos atletas, Luis Chapín, fue lanzador profesional de jabalina, martillo y peso. Y ahora ayuda a sus hijos haciendo de entrenador personal para pulir el físico y la técnica. Luego está Juanma Gómez, del Club Tajamar de Madrid, que es su entrenador habitual. Aunque tan sólo llevan dos años entrenando con los discos, los resultados no pueden ser mejores. De hecho, este mes Cristina intentará batir el récord nacional en el Campeonato de España de Clubes. Fijo que Somiedo le ha dado fuerzas.