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A Gijón le queda fuelle

El Museo de la Gaita celebra su 50.º cumpleaños con más de 400 instrumentos y unos 2.500 registros sonoros almacenados

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Medio siglo del Museo de la Gaita

El pasado 30 de junio el Museo de la Gaita de Gijón cumplía 50 años de historia. Medio siglo ha pasado desde que Rafael Meré y Daniel Palacios, ya fallecidos, decidiesen abrir el primer muestrario de este instrumento en Gijón. Era 1966 y por entonces la ciudad empezaba a asomarse al turismo, en parte debido a la pérdida de peso de su potente sector industrial. Meré estaba al tanto del movimiento de recuperación de la gaita que se estaba gestando en Europa, especialmente en Reino Unido y Francia. En el momento en que se inaugura el museo, Gijón contaba únicamente con seis ejemplares de gaitas almacenadas en el Ayuntamiento y es Meré quien va recopilando unidades para la colección hasta las 16 que suma en 1970. Por entonces, el museo se encontraba en el antiguo Instituto Jovellanos, donde permaneció hasta 1974 cuando se traslada a la Feria de Asturias tras el éxito alcanzado por una exposición temporal en el recinto ferial. En 1985 el museo queda bajo la supervisión de la Fundación Municipal de Cultura y a partir de 1992 tiene su sede en la Casa de los González de la Vega, construida en Serín en el siglo XVIII y trasladada piedra a piedra en 1972 al Museo del Pueblo de Asturias. En este momento la instalación contaba ya con tres salas, dos de ellas destinadas a los diferentes modelos de gaita de distintas zonas en las que a lo largo de la historia se ha mantenido una tradición gaitera más arraigada. La tercera sala estaba destinada a la gaita en el ámbito regional y en 1998 se abre un nuevo habitáculo dedicado a la música tradicional asturiana. Para 2018 está prevista la apertura de una quinta sala que recoja la historia de los instrumentos y reproductores mecánicos. También está en la agenda del museo la elaboración de un archivo sonoro que almacene todo tipo de registros, desde formatos digitales hasta otros más rudimentarios pasando por carteles o testimonios físicos que reflejen la importancia de la música tradicional en Asturias.

El museo es una enciclopedia de la historia de este instrumento: la primera escuela de gaita en el Principado se funda en 1980, con el nombre de Escuela del Naranco , en Oviedo, con Xuaco Amieva al frente, que posteriormente pasaría a ser también la primera banda exclusiva de este instrumento. Ya en los 90 comienzan a aparecer grupos más folclóricos que siguen los pasos de Gran Bretaña y Escocia, que eran los referentes mundiales. Al desarrollo de esta tradición en la zona norte de España también ayudó el Festival Interceltique de Lorient, que se celebra desde 1971 en la ciudad francesa que lleva su nombre y al que acuden las regiones de Europa -principalmente- y del mundo donde se cultiva la tradición celta de la que proviene el nombre del festival. Asturias envió su primera delegación en 1987.

Uno de los objetivos que albergaba Rafael Meré era romper la idea endocéntrica de que solo en Asturias se toca la gaita. De ahí que su nombre original fuese Museo Internacional de la Gaita. De hecho, ni siquiera es un museo exclusivo de gaita, aunque claramente es el elemento troncal de la colección y, por tanto, la esencia de la sala. Con Alfonso García Oliva como director se hizo una colección más compleja. Los responsables de la instalación anuncian que seguirán incorporando piezas -la Hrube Gajdy de Eslovaquia y la Baghet italiana- a una colección que alcanza ya las 420 tras medio siglo preservando una de las tradiciones asturianas de mayor arraigo.

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