Cuando agita su coctelera, sale un premio. El lunes pasado, el gijonés Jorge Oliva disfrutó, una vez más, de un reconocimiento en forma de premio a nivel nacional. Se siente "muy contento, porque no me represento sólo a mí mismo, sino a mi bar, a mis compañeros; Asturias es tierra coctelera, y aunque se perdió un poco la tradición, estamos empezando a recuperarla".
Es el tercer año consecutivo que la coctelería Varsovia de Gijón se encuentra entre las laureadas -a través de uno de sus trabajadores- con motivo de la celebración del certamen "World Class Competition", donde Jorge Oliva se alzó con el título de mejor 'bartender' de la zona noroeste de España. El gijonés tuvo que pasar tres complicadas eliminatorias y destacó en todas ellas. La primera consistía en preparar seis cócteles en solo ocho minutos. La segunda, en "recrear la herencia del güisqui de Escocia a través de sus castillos con elementos sensoriales". Y, por último, Oliva tuvo que catar quince productos de la empresa que organiza el certamen y realizar un test de conocimientos sobre ellos.
Con más de un premio en sus manos, muy cotizadas ya en la coctelería del Norte de España, en la próxima edición dejará paso a "los más jóvenes, que vienen muy fuertes; les prepararé y aconsejaré". Y reconoce que si algo le identifica en el mundo del cóctel son los denominados "productos kilómetro cero", los autóctonos, especialmente la manzana y los procedentes del mar Cantábrico. "Siempre hago un guiño a la región", admite, así como tampoco duda en reconocer que lo más importante para un buen cóctel es "el balance y conocer muy bien los productos".
Muchos gijoneses saborean los cócteles del virtuoso gijonés, pero a él le encantaría tomarse uno con Bruce Springsteen. Sería un encuentro de altura, con dos jefes a uno y otro lado de la barra. Y un cóctel de premio en el medio.
