Juan González Menéndez tiene once años y tiene un futuro prometedor en la cocina. Durante dos semanas ha participado en un campus organizado por la productora del programa televisivo Master Chef en Sedano (Burgos) y afirma que le ha valido para continuar la saga familiar. "Seré la cuarta generación de cocineros de la familia", afirma el pequeño gozoniego natural de Manzaneda, parroquia en la que sus padres regentan el restaurante Casa Belarmino.

Su plato favorito es la fabada no solo para degustar sino también para cocinar. La única pena que se trajo del campus es que no pudo sorprender a sus compañeros y profesores con su preparación estrella. "Hicimos espuma de yogur con nata montada, azúcar, yogur natural batido y, posteriormente, metido en un sifón de dos cargas. Además, yo quise echar galleta triturada; quedó bien", explica el futuro cocinero, que compartió fogones y no pocos juegos con otros 62 niños de todo el país e incluso representantes cubanos y chinos.

Detalla que su afición por la cocina le viene desde muy pequeño. Se aficionó tras admirar los platos que preparaba su madre, Ramona Menéndez, una de las guisanderas asturianas. "La cocina puede ser peligrosa para los niños, pero soy valiente", dice el gozoniego, que estaría encantado de preparar una buena fabada para dos cocineros de renombre, el madrileño David Muñoz y el asturiano Pedro Morán.

Aún tiene dudas sobre si dirigirá la cocina de un restaurante tradicional o de otro de nueva cocina cuando se haga mayor. "Me gustan los dos tipos", dice González, que también se maneja a la perfección con la paella de verduras y una tarta de queso "diferente" a la que hace su madre.

Tras su llegada de nuevo a Gozón, Juan González Menéndez ya piensa en volver el año próximo al campus de Master Chef. Lo hará con la misma ilusión que lo hizo desde el 17 al 30 de julio.

Confirma que a pocos niños de su edad, les gusta eso de embadurnarse, de poner agua a hervir para hacer fabada y colocarse un delantal. Le gusta probar todo lo que elabora "antes de servirlo" y también tiene claro que los niños que "comen mal" tienen que cambiar su hábito y "probar de todo".