De una pequeña cuadra de Molleda a competir en los campeonatos del mundo de "raid", una disciplina hípica en la que los caballos recorren distancias de entre 20 y 200 kilómetros en uno o dos días. Jesús Muñiz y su yegua "Areal" han puesto en el mapa mundial a esta pequeña parroquia corverana. Este criador y domador, a través de su cuadra "Molleda Endurance", pone su sello a rocines que compiten en países como Francia o Emiratos Árabes y que son muy valorados por millonarios de todo el mundo.

La afición de este joven avilesino de 23 años por la doma vino de casa. "Mi padre tenía aquí caballos, pero no era jinete. Comencé hace 14 años a competir en una carrera aquí en Asturias. No me fue bien, pero a partir de ahí fui cambiando de caballos y creciendo. Después, me fui a vivir a Francia y ahí competí también, antes de viajar a los Emiratos Árabes para participar en algunos torneos", relata Muñiz sobre su trayectoria como domador.

"Areal" es la joya de la corona entre los ejemplares de su cuadra que compiten actualmente. "La compré hace ocho años. Entonces era complicada de adiestrar, pero ahora es mucho más calmada. Actualmente es uno de los caballos más importantes no solo de España, sino de Europa", afirma. Un jinete de Omán será el encargado de montar a esta yegua, que llega al campeonato del mundo de Eslovaquia en plena forma.

Pruebas de grandes distancias en las que hombre y animal deben medir sus esfuerzos para llegar con opciones de triunfos a las etapas finales. Por ello, la simbiosis entre el caballo y el jinete debe ser máxima. "Se pueden dedicar cinco o seis días a la semana a entrenar intensamente. Pasas tanto tiempo con el caballo a solas que os acabáis comunicando solamente a base de gestos. Terminas por saber cómo está el caballo por las muecas que realiza", comenta Muñiz sobre la relación jinete-animal, clave en una disciplina considerada como el "Dakar de la Hípica".

El cuidado y atención a los rocines desde el nacimiento hasta la retirada de la competición, que dependiendo de la edad del caballo suele rondar los dieciséis o diecisiete años, es clave a la hora de incrementar las posibilidades de criar a un ejemplar campeón. "Los caballos no pueden competir hasta que no tienen cinco años. Los primeros tres años o tres años y medio se dedican principalmente a una buena alimentación, de forma que vaya ganando peso muscular, además de un correcto recorte de los cascos para conseguir un buen aplomo. A partir de esa edad, se comienza con los ejercicios de doma: ir incrementando paulatinamente las horas de trabajo, que vaya aumentando músculo. Luego los caballos comienzan en las pruebas de 40 kilómetros y se van soltando poco a poco", apunta el joven domador avilesino.

Jesús Muñiz pretende dar un salto cualitativo en la cría de rocines dentro de Asturias. "Tengo un proyecto de abrir una cuadra más grande, que pueda servir para proveer de caballos a competidores de todo el mundo. En breves jinetes de Bahréin se reunirán conmigo en mi casa para comprar varios corceles. En la región hay muy pocos criadores, y dentro de España ocurre más o menos lo mismo. Además no es un negocio muy rentable", indica.

Este criador avilesino no puede montar a lomos de "Areal" en los campeonatos del mundo, aunque no desecha la idea de hacerlo algún día. "En un futuro, quién sabe. No me he planteado participar como jinete en esta cita, pero más adelante es algo que me encantaría poder hacer. Estoy seguro que Areal lo hará genial", sostiene Muñuiz, que pondrá el sello de Molleda a la cita "raid" más importante del mundo.