Una abarrotada Llanera rememoró ayer su Domingo de Perdón, recordando el hecho histórico ocurrido en 1412, cuando una representación de vecinos, hidalgos y miembros de la corporación municipal fueron en procesión hasta Oviedo en busca del perdón que les eximiera de la excomunión. En la recreación actual, el desfile es en el recinto de Ables y en él participan representantes de asociaciones, vecinos, el pregonero -que este año fue el físico afincado en Ables, Pedro Gorría- además de autoridades, encabezadas por el alcalde de Llanera, Gerardo Sanz.

Unos y otros iban ataviados con sacos y sogas, como antaño. Fue el castigo que los llanerenses tuvieron que pagar en la Edad Media por rebelarse a pagar unos impuestos que creían abusivos y desobedecieron la autoridad del obispo don Guillén. La consecuencia fue la excomunión y Llanera se mantuvo firme durante cuatro años, en los que no sonaron ni las campanas de la iglesia ni hubo oficios religiosos.

Pero con el nombramiento como nuevo obispo de Diego Ramírez de Guzmán, tras el fallecimiento de su predecesor, en 1412 fueron levantadas sus penas. Pero en señal de penitencia tuvieron que peregrinar a la catedral de San Salvador de Oviedo descalzos, en sacos ceñidos con cuerdas y candelas en las manos, como así consta en los documntos de la época.

Más allá de las recreaciones sobre este hecho histórico, como también fue la de los "Perxuraos de Llanera", el concejo regresó de lleno al medievo. La escenificación del torneo medieval contribuyó a crear este escenario mágico, que se abarrotó durante el fin de semana. Fue una de las actividades más espectaculares de la jornada de ayer, donde el buen tiempo animó a muchas personas a disfrutar de la los Exconxuraos de Llanera. Los caballeros medievales lucharon con realismo para emular las justas de entonces. Los mercados eran otro elemento clave en aquella sociedad, por lo que en el recinto de Ables tampoco podía faltar y fue otro de los grandes atractivos. Si el sábado el acto central fue la cena, ayer se aprovechó el mismo escenario para una comida campestre. Las danzas y la música, así como los espectáculos circenses, juglares, bufones y otros personajes propios de la época también fueron protagonistas.

Pero si algo representa esta celebración es la unión de los vecinos, por eso es clave la participación de las asociaciones, que se implican al frente de tabernas y bares decorados según la época. Este año, el premio al mejor stand medieval se lo llevó el Grupo Cultural Comisión de Fiestas de San Cucao de Llanera y lo recogió su expresidente, Pocholo García Suárez. "Llevábamos esperándolo desde hace unos años", confesó entusiasmado, pues es un aliciente para seguir esforzándose por mejorar en cada edición. Explica que cuidaron al máximo los detalles, incluyendo, por ejemplo, hasta tres lámparas de forja de estilo medieval. Quienes atendían la barraca vestían con atuendos propios del siglo XV.

Llanera despidió ayer un fin de semana muy animado en el que su fiesta medieval abarrotó el recinto de Ables en el que el buen tiempo acompañó.