Desde maquetas a escala de acueductos y embalses, hasta recreaciones de la más nimia herramienta empleada para dar forma a las infraestructuras del mundo romano componen esta exposición. En definitiva, un viaje por cinco grandes áreas de la ingeniería romana en Hispania: los materiales, las comunicaciones, la ciudad, la minería y las técnicas industriales.
El visitante tendrá ocasión de apreciar curiosos aparatos como el hodómetro. Un instrumento en forma de rueda dentada que permitía medir distancias. Acoplado a un vehículo de la época, hacía caer un guijarro en un cuenco de metal a cada milla. O el corobate, una estructura de seis metros de longitud con un depósito de agua incorporado que comprobaba niveles con gran precisión.
Artifex es una muestra que en palabras de Ignacio Alonso García, director del Museo Arqueológico,"resulta un gran atractivo para el verano", pues "ya ha despertado mucho interés". Y es que las pruebas de lo perdurable que ha resultado la ingeniería romana están mucho más cerca de lo que uno podría pensar. Como cuenta Alonso, para edificar los pilares del Puente de los Santos, unión entre Asturias y Galicia, se empleó un sistema de cimentación cuyo origen se remonta a los tiempos del César. Un modelo que a través de un prototipo móvil se hace visible en la exposición.
La muestra tendrá el añadido en septiembre de una serie de conferencias impartidas por expertos.