Luanco pasó la madrugada del lunes al martes enfundada en un disfraz. Las calles del casco urbano estaban repletas de chinos, bailarinas, superhéroes, árabes, marineros, animadoras y, pese al gran volumen de asistentes, apenas hubo incidentes. Tan solo hubo daños en la luna de un comercio y en las puertas de otro, ambos ubicados en la calle Marcelino Rodríguez. Los más jóvenes llenaron el parque del Nautilus con el "botellón". El plan alternativo del gobierno local para intentar reducir la bebida en la calle no caló entre los chavales.