"A ver si no nos llueve, aquellas nubes no me gustan nada", clamaba Justina Alonso frente a la iglesia de Navia. Estaba a punto de comenzar la procesión de la imagen de Nuestra Señora de la Barca en Navia, y hasta el último detalle debía estar perfectamente cuidado para que la fiesta no se empañase. Finalmente, el deseo de Justina se cumplió: las nubes respetaron la celebración y los naviegos disfrutaron de una fiesta que ha sabido conservar sus tradiciones. Cada vez son más los niños y niñas y jóvenes que se animan a participar.