La imaginación y la creatividad que emana el Celsius 232 no deja de lado a los más pequeños, sino que el certamen les incentiva a través de espacios reservados especialmente para ellos a que exploren en su propio imaginario. Y una de las actividades más innovadoras y llamativas de la jornada de ayer fue el taller "Diseña tu propia máquina 'absorbemiedos'". "El Aspiraluz 2000 tiene linternas de luz con las que absorbe la oscuridad y la transforma en cosas que me gustan", explicaba Nora Amutxategi, una de las niñas participantes, convencida de la efectividad de su invento.

El impulsor del evento, Abel Amutxategi, quiso configurar el ejercicio dirigiéndolo hacia un fin claro: diseñar máquinas que transformen aquello que da miedo a los pequeños en cosas positivas y agradables. "Es una forma que tiene el niño de aprender cómo se puede defender ante aquello que le inspira temor", explica. A la hora de imaginar, los ordenadores revolucionarios y los radares "antifantasmas" fueron los ingenios más recurrentes. La idea surgió a propósito de la obra que el mismo autor presentaba a continuación en el propio festival, "La increíble historia de Mara y el sol que cayó del cielo". Aunque parte con la etiqueta de "literatura infantil", el escritor defiendía que su libro iba dirigido a cubrir un público más amplio, que abarcase a todas las edades."Está pensado para que la gente mayor que aún se interesa por la fantasía pueda leerlo y disfrutarlo", declaró.