Las fiestas de Santiago y Santa Ana de Grado ya han comenzado. Y por todo lo alto. Alrededor de 2.500 personas disfrutaron ayer de la segunda edición de la comida en la calle que organiza la Hermandad de Santiago y Santa Ana. El centro de la villa moscona fue un hervidero, al que ayudó el intenso calor de las horas centrales del día, de fraternidad y diversión. "Hoy todo Grado lo va a pasar a romper, este año va a ser mejor todavía que el pasado, hoy empiezan nuestras fiestas", afirmó Diego Argüelles "El Báscula".

Desde el parque San Antonio hasta la plaza de La Blanca, y también en otras zonas de la villa, grupos de familias y amigos se reunieron alrededor de la mesa para disfrutar del día festivo, que contó con animación musical en muchos de los locales hosteleros participantes. Más gente que el año pasado, superando los dos mil comensales y dando cuenta de las ganas que tienen los moscones de disfrutar las fiestas. "Nos encantó la iniciativa el año pasado y repetimos, alarga las fiestas y es una manera de confraternizar todos los moscones juntos", comentó Victoria Tamargo.

Algunos, como Noel Fernández, se perdieron la comida en la calle del pasado año y este no hubo perdón. "Me contaron lo bien que lo pasaron y no podía faltar a la fiesta", dijo. Su primo Joaquín Fernández lo tiene claro: "El año pasado pillamos la moña del año y volvemos a La Merced, que es el sitio idóneo para pasarlo bien". Su amigo Simón de la Fuente hubiera preferido más sombrillas para soportar el calor, que fue uno de los temas principales del día, ya que el bochorno hizo sudar a los moscones como nunca.

Pero no sólo moscones hubo en la comida en la calle. Pepe Areces, "Linos", se llevó a una veintena de amigos de Gijón. "Vamos a emborracharnos y volver el lunes", bromeó en pleno vermú que dio paso a la comida, en la que no faltaron tortillas, empanadas, filetes, bollos preñaos, lacón asado y múltiples elaboraciones que ayudaron a pasar los tragos de sidra, cerveza y vino. También el investigador y físico moscón Pablo Alonso invitó a dos compañeros científicos de China y Cuba que disfrutaron de la fiesta moscona por todo lo alto.

También desde Cuba: Berta García, residente en Grado desde hace 18 años, no se quiso perder el festejo "porque en Grado se pasa muy bien, ya me gusta más que el día de Santana", señaló. La única pega es que los asturianos no bailan mucho con las orquestas, "tienen que animarse más, que para eso es la música", agregó. Con mucho ánimo estaba también Carmen Álvarez, moscona pero residente en Oviedo. "Los moscones lo pasamos genial y picamos", exclamó entre carcajadas.

La comida en la calle resultó mejor de lo esperado. Y pese a las predicciones, el cielo permitió a los moscones disfrutar del primer día de Santiago y Santa Ana. Ahora, queda más de una semana de mucha diversión al grito de "¡Que viva Grau!".