Entre la lata y la sardina, llegó la hora del bonito. Sin tiempo para el descanso después de la feria de la conserva y sus jornadas gastronómicas, Candás se vuelve a poner manos a la obra con las jornadas del bonito. Más que Candás, Carreño, como recuerda Felipe Torrontegui, hostelero de Albandi, que reclama "que se publicite el concejo, que entramos hosteleros de más sitios". Y es que Felipe no se ha perdido ninguna de las 33 ediciones en su restaurante, donde ofrecerá hasta el domingo "de primero, marmitaco o salpicón. De segundo, rollo o escalopines". Todo de bonito, claro. Cree que se va a vender "bien", eso sí, "no como antes, que era bestial".

Y de un veterano en un pueblo a uno que se estrena en el centro de la villa. Al frente de "El Maño", José Manuel Cruz, que tiene "unas expectativas espléndidas". No ofrecerá menú a 25 euros, sino carta: "Rollo, tacos, a la plancha, ventresca...", un poco de todo en busca de vender "unos quince bonitos". No será difícil, pues "está ya casi todo reservado, con gente de Candás y de fuera". Y no duda en vender el otro gran atractivo del negocio, además de la comida: "La terraza es el principal reclamo y no cerramos la cocina a mediodía, siempre hay una mesa para alguien perdido".

En la zona de más ambiente, José Gil atenderá en "El Nordeste" a cuantos lleguen. También tira de carta, con "bonito a la plancha, tacos, ensalada templada, en escabeche y ventresca". Hay mucha demanda porque "el bonito de Candás tiene duende", comenta con humor. Tanto que lo tiene reservado todo, "pero siempre hay sitio".

Y por veteranía, "Santarúa", un auténtico templo gastronómico. Josefina Fernández prepara por 25 euros un menú con "arroz o fabes con bonito o ensalada con bonito escabechado, de primero. Para rematar con bonito a la Santarúa, rollo o tacos de segundo". Más postre, vino y café. Y en carta, "ventresca y bonito en salsa de oricios". Candás, para chuparse los dedos.