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Tres días en Zinemaldía

Día 3: Zinemaldía Oddity

Día 3: Zinemaldía Oddity

Estoy en un banco, en frente del estadio de Anoeta, esperando el blablacar que me llevará a casa. Me iba a ir en un autobús a las ocho, pero tras darle una pequeña vuelta lo he cancelado y así llego antes a Madrid y descanso un poco más, que estoy muerto. Es curiosa esta zona, alejada del universo Kursaal. Sigue siendo la misma ciudad pero parece otra. Vacía, sin las multitudes del centro. Un par de colegios, una iglesia, bloques de pisos.

Me subo en el coche con dos chavales holandeses que vienen de Francia. Me dicen que vienen dos personas más. Y yo, pues "ok". Me coloco estratégicamente evitando el asiento del centro. Paramos en una gasolinera a recoger a los dos restantes y mientras entran les explico "que necesito terminar un texto y en cuanto acabe, me muevo". Bueno, pues antes de que pueda levantar la vista, una voz dice "a ver, qué estás tramando Santiago". Y resulta que ahora voy en un blablacar con Rodrigo Sorogoyen, director de "El Reino", de la que les hablaba ayer. Que al parecer ha perdido el avión y por eso está aquí. Mira. No tengo columnas suficientes para todo lo que me pasa.

En fin, hablemos de qué tal mi último día, que el holandés este está conduciendo como un loco y me voy a acabar mareando (no le digan lo de la conducción temeraria a mi madre). Ayer acabé en la fiesta de "Querido Fotogramas", el documental que rinde homenaje a una de las revistas más míticas de cine en nuestro país. Mucho nombre conocido, como Mariano Barroso o José Luis Cienfuegos, ambos encantadores cuando me acerqué a saludar; pero sobre todo mucha prensa y varios grandes amigos. ¡Incluso un periodista que me aseguró que había leído mi crónica de ayer (en la foto que subí a Twitter) esperando no encontrarse! Menudo influencer estoy hecho.

Mi lealtad, por cierto, junto a mi admiración y respeto, estará siempre con un grupo maravilloso de periodistas culturales de los que no dejo de aprender. Andrea Bermejo, Alejandro Calvo, Alberto Lechuga, Dani de Partearroyo, Gonzalo del Prado, Jose Fernández, Janire Zurbano, Gregorio Belinchón, Elena Sánchez y tantísimos otros. Estos días he podido estar con ellos y sobre todo, beber con ellos y pasármelo como un niño pequeño entre adultos. No solo porque soy muchísimo más joven que todos ellos, que también. Já.

Y sobre cine, la alarma sonó a las ocho para convencerme de madrugar para ir a "Yuli", pero la ignoré por completo. Así que solo he visto "Rocket Man". Perdón, "First Man", la película sobre Neil Armstrong dirigida por Damien Chazelle y protagonizada por Ryan Gosling. Me equivoqué de cines y tuve que pegarme una carrera mañanera, pero llegué. Es sobrecogedor su realismo, la autenticidad con la que transmite lo precario de los primeros viajes tripulados a la luna: poco más que un par de placas de metal unidas con cuatro tornillos eran lo que lanzaban al espacio, a lo desconocido, tripuladas por hombres que arriesgaban sus vidas una y otra vez. Tan cautivadora es esa parte como aburrida su otra mitad, el retrato del propio Armstrong. Un hombre asocial, con escasa capacidad para mostrar cariño, un genio aislado como lo son tantos otros, pero que Chazelle no consigue dibujar como una auténtica alma atormentada y cada drama interior que añade solo sirve para alargar la película.

Disculpen que mi diario final me quede más corto, pero escribir en el coche se está complicando bastante. He sido muy feliz "charlando" con ustedes estos tres días, y espero poder inventarme algo pronto para regresar. Como un astronauta, cuento las horas para volver a explorar lo desconocido, sean bares, películas o personas. Besos y hasta pronto.

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