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Abuelas de reinas, “influencers” en las cortes europeas

Si Menchu Álvarez del Valle fue locutora, la “grandma” de Kate Middleton trabajó como espía

Menchu Álvarez del valle, abuela de la reina Letizia. María del Carmen Álvarez del Valle (Santander, 1928-Sardéu, 2021) mantuvo una relación muy cercana con su nieta.

Las historias de la realeza europea están repletas de episodios entre abuelas y nietas que se quieren, se detestan, se soportan o simplemente se adoran como era el caso de la Reina Letizia, de luto por la muerte de su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle, que falleció el martes a la edad de 93 años.

Valerie Glassborow, abuela de Kate MIDDLETON. Valerie Glassborow (Marsella, 1924-Andover, Reino Unido, 2006) trabajó para el Foreign Office.

Menchu tenía una relación muy cercana con la Reina. Ambas se admiraban y se querían. Compartían la pasión por el periodismo y se hacían confidencias. Menchu, locutora de éxito y mujer de firmes convicciones, también pasará a la historia como bisabuela de Leonor, Princesa de Asturias y futura reina de España.

En las principales familias reales de Europa abundan abuelas, nobles y plebeyas, con historias interesantes. Bien lo sabe Kate Middleton, duquesa de Cambridge, llamada a ser reina consorte del Reino Unido, nieta de la espía Valerie Glassborow, que trabajó en el centro de Bletchley Park donde los británicos lograron descifrar el código secreto de los mensajes encriptados que se mandaban los alemanes.

Victoria de Inglaterra, abuela de la Reina Victoria Eugenia de España. Victoria (Londres, 1819-Isla de Wight, 1901) está considerada la “abuela de Europa” por su gran cantidad de descendientes.

Antes de casarse la duquesa de inauguró la restauración de los cuarteles –oficialmente escuela o centro de información del Gobierno, un lugar casi mítico en la historia del siglo XX de Reino Unido, llevado a numerosos libros y películas–. Valerie nunca debió de pensar que al cabo de varias décadas una nieta suya, como futura reina de Reino Unido, abriría al público Bletchley Park y la homenajearía ante un batallón de fotógrafos.

Valerie Glassborow (Middleton de casada) fue reclutada por el Servicio de Inteligencia británico cuando era muy joven. Valerie fue testigo excepcional de un momento histórico ya que, cuando la abuela de Kate le tocó junto a otras espías hacer un turno de guardia realizando las escuchas secretas, justo en ese momento se interceptó un mensaje que señalaba que Japón se rendía. La abuela de Kate Middleton fue una de las espías británicas que tuvieron la suerte de ser las primeras en saber que, por fin, había llegado el final de la Segunda Guerra Mundial.

Victoria Luisa de Prusia, abuela de la Reina Sofía. La princesa Victoria Luisa (Potsdam, 1892-Hannover, 1980) fue una mujer de carácter, que llegó a enfrentarse a todos sus hijos.

Juró guardar el secreto y nunca se sintió capaz de decirnos nada”, dijo Kate Middleton sobre su abuela. Los secretos que manejó murieron con ella: “Cuando estaba viva, lamentablemente nunca pudo hablar de eso”, asegura la duquesa de Cambridge, por otra parte nieta política de la reina Isabel II. La reina de Inglaterra también tuvo en su abuela María de Teck, la reina María, una referencia directamente ligada a la realeza. Fue la esposa del rey emperador Jorge V y por nacimiento princesa de Teck. Es la última reina consorte del Reino Unido de origen regio al nacer princesa por derecho propio.

Antes de que su marido accediera al trono, fue sucesivamente duquesa de York, duquesa de Cornualles y princesa de Gales, todo un récord de títulos que iban a la perfección con ella, que se opuso con todas sus fuerzas al matrimonio de su hijo mayor, Eduardo, con Wallis Simpson, dos veces divorciada. La reina murió en 1953 al inicio del reinado de su nieta, Isabel II. María se involucró en la educación de sus nietas, Isabel y Margarita. Las llevaba de excursión por Londres a galerías de arte y museos. Los padres de las princesas lo consideraban innecesario porque agravaba un régimen educativo de por sí exigente. María de Teck fue una entusiasta coleccionista de objetos y pinturas relacionados con la realeza. Pagó una fortuna por las joyas de la emperatriz viuda María Fiódorovna Románova y compró las esmeraldas de la familia Cambridge, que estaban en posesión de Lady Kilmorey, la amante de su difunto hermano el príncipe Francisco.

María de Teck, abuela de ISABEL II. La reina María (Londres, 1867-1953) llevaba a sus nietas Isabel y Margarita a conocer los museos y los monumentos de la capital británica.

Si la abuela de Isabel II era absolutamente “Royal”, la de la reina Máxima de los Países Bajos estaba empeñada en ascender peldaños sociales y pasar a ser al menos, de la alta burguesía de Buenos Aires. María del Carmen (Carmenza) Carricart de Cerruti, llevaba a su hija Carmen, la madre de Máxima, a misa de once de los domingos para que la niña se codease con los polistas que venían de taquear en las fincas de Pergamino, el pueblo en el que la actual reina de Holanda pasó muchos veranos. Carmenza esperaba que su hija mayor, considerada la más guapa del lugar, “atrapase” a un polista, sinónimo de buena familia, estatus y dinero. La aparición en escena de Jorge Zorreguieta truncó sus planes. Al menos Carmenza podrá descansar tranquila al saber que su nieta es nada más y nada menos que reina. Máxima lleva el nombre de la abuela de su padre, Máxima Bonorino González, una dama de la aristocracia porteña.

A la Reina Sofía de España no la acunaron precisamente las nanas de una dulce abuela. Victoria Luisa de Prusia, la madre de la reina Federica de Grecia, fue la única niña de los siete hijos que tuvo el último emperador alemán, el káiser Guillermo II, a su vez nieto de la reina Victoria de Inglaterra, la monarca que está considerada como la abuela de Europa. Uno de sus empeños fue “casar bien” a todas sus nietas. Una de ellas, Victoria Eugenia (Ena), llegó a ser reina de España.

Carlota Grimaldi, abuela de CAROLINA DE MÓNACO. La princesa Carlota (Argelia, 1898-París, 1977) fue hija ilegítima de Luis de Mónaco y madre del príncipe Rainiero.

Victoria Luisa nació en 1892 en Postdam. Ha pasado a la historia por su enlace con el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, duque de Brunswick. La boda que en su momento resultó muy polémica, sirvió para sellar la paz entre dos de las casas reales más importantes de Europa: la Casa Hohenzollern y la de Welf. Cuando se casó su padre le regaló la famosa tiara prusiana, que heredaría su hija, la reina Federica y que más tarde pasaría a su nieta, Sofía. Dicen que es la preferida de la Reina Letizia, que la llevó el día de su boda con el entonces Príncipe de Asturias. Es más que probable que la Princesa Leonor la luzca algún día. Victoria Luisa fue una mujer enérgica y de gran personalidad. A la muerte de su marido se vio implicada en una importante batalla con sus hijos por la herencia, hasta el punto de que no estuvo invitada a la boda de Sofía, en Atenas. En 1965 empezó a escribir y publicó siete libros sobre su vida. Murió en Hannover en 1980 de una neumonía.

Precisamente otro de los nietos de Victoria Luisa, Ernesto de Hannover, se casó con Carolina de Mónaco, vivo retrato de su abuela Carlota, hasta el punto de que ella reconoce que es calcada a ella. La princesa Carlota de Mónaco, duquesa de Valentinois (1900-1977), “una mujer muy libre y con una loca originalidad”, según su nieta. Fue enfermera durante la guerra y totalmente inclasificable. La otra Carlota de Mónaco (la actual es la hija mayor de Carolina) nació en la Argelia francesa, fruto de la relación ilegítima entre Luis de Mónaco y la cantante de cabaret Marie Juliette Louvet.

Al no tener más descendencia, la familia decidió adoptarla, para evitar que el trono monegasco cayese en manos alemanas. Carlota lo dejó todo para irse a vivir con su amante italiano. El día antes de que su hijo Rainiero cumpliese 21 años, la princesa renunció a sus derechos al trono y desapareció de la vida monegasca.

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