Finalista de Miss España en 1991, modelo y presentadora, Miriam Reyes vivió su etapa más televisiva de la misma forma que sobrelleva hoy una enfermedad de la que apenas hay cura: con dignidad y optimismo. La guapa tinerfeña, de 40 años sufre desde hace ocho el mal de Cushing, una dolencia que hincha su cuerpo y llena de llagas y cicatrices esa anatomía que, junto a su simpatía, tantos éxitos le dio en la década de 1990. La enfermedad se presentó en Miriam con forma de tumor cerebral en 2005 y derivó en ese síndrome tan poco común que le hizo ganar en pocos meses más de 20 kilos. El aumento de peso no fue lo peor.

"Es una enfermedad complicada en la que todo te empieza a ir mal", relata. "Tiro para adelante porque no me estoy muriendo", resume Miriam Reyes, a quien el "tratamiento duro" que sigue y los continuos chequeos no han mermado esa energía y buen rollo que encandiló a los telespectadores de Telecinco y Antena 3 durante la década de 1990.

Sus problemas empezaron con un tumor en el cerebro. Corría 2005 y supo superar este embate. Sin embargo, las secuelas se tradujeron en una enfermedad rara que en su caso "es aún más extraña". Según sus palabras, los síntomas multiplican en su caso por cuatro "pero gracias al tratamiento no están resultando exagerados". Pero aclara: "No estoy hecha un monstruo y puedo llevar mi vida normal".

El síndrome de Cushing transforma el físico de las personas que lo padecen, explica Jesús Pérez, médico del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario de Canarias (HUC) que cita, además de la hinchazón del cuerpo, otros signos como la aparición de heridas o la atrofia muscular, sobre todo en las piernas.

Todos ellos los sufre Miriam Reyes, quien además cuenta que más allá de los síntomas visibles el que más le afecta es la taquicardia: "De repente te da la sensación de que el corazón se desboca y te va a dar un infarto". El facultativo del HUC confirma que enfermedades como la diabetes o la hipertensión están asociadas al mal de Cushing.

Sin embargo, la modelo tinerfeña insiste en que en esta recaída lo lleva mejor. Hace ocho años engordó "hasta tener la barriga de una embarazada de ocho meses" y perdió tanta fuerza muscular que "en ocasiones ni siquiera había manera de levantarse". Ahora la hinchazón le ha dado una tregua y la fuerza la pierde "en ocasiones y hasta el punto de no poder abrir una botella".

Su optimismo parte de no renegar de su condición de enferma: "Cada uno tiene su propia carga, muchos tienen problemas económicos y a mí me ha tocada lidiar con mi salud". Y ello a pesar de que debe realizarse pruebas periódicas cada tres meses, para las que se desplaza a Madrid y en las que los médicos no solo controlan el seguimiento del Cushing sino que buscan "si hay otro pequeño tumor que lo esté provocando".

Según el endocrino del HUC, la aparición de un tumor es una de las causas más comunes del síndrome que padece la modelo y presentadora. Con el nombre de adenoma, se trata de un tumor generalmente benigno, que aparece en el cerebro y que provoca que el cuerpo genere un exceso de la hormona denominada cortisol.

"El ser humano necesita esa sustancia para, entre otras cosas regular los niveles de azúcar, pero cuando hay demasiada aparecen los síntomas del Cushing", indica el doctor Pérez.

De Miss a presentadora

Miriam Reyes nació el 7 de agosto de 1972 en Puerto de la Cruz. Saltó a la fama tras ser primera dama de honor en Miss España de 1991, que ganó Sofía Mazagatos. Obtuvo además las bandas de Miss Fotogenia y Miss Telecinco, cadena que retransmite el concurso de belleza. Sin embargo, fue Antena 3 quien le dio la popularidad, al convertirla en locutora.

Fue azafata de Jesús Hermida y más tarde presentó su primer programa: 'El turista habitual'. No aparcó su faceta de modelo y siguió desfilando en pasarelas y posando para diversas campañas publicitarias, entre las que destaca el contrato que la convirtió en el rostro de Don Algodón. En 2005 se retira para luchar contra su dolencia.