Patricio Sánchez lleva cinco días frente a la Junta General del Principado metido en una caja con ruedas. Aquí pasa doce horas al día, las mismas que suele estar trabajando, para reivindicar ayudas para que ni su negocio ni el sector se vaya a la quiebra. Hoy un centenar de compañeros ha acudido a apoyarle. "Solo pedimos trabajar", claman los hosteleros frente al Parlamento. Los aplausos y las cacerolas dan voz a su situación. "No es justo que tengamos que vernos así. Las ciudades están respirando y nosotros seguimos cerrados", recuerda José Luis Álvarez Almeida, presidente de OTEA.