En el local de Jorge Zapatero no falta detalle de la decoración navideña. Unos adornos que solo pueden ver los que se acercan a recoger café o comida para llevar. "Soy un privilegiado porque mi local ya tenía ese concepto pero hay muchos que han tenido que reinventarse y eso no es fácil". En su establecimiento hay ocho empleados, cinco están en ERTE y tres trabajan en la cocina y detrás de la barra. El goteo de venta de café es constante aunque Zapatero reconoce que es un parche para seguir sobreviviendo. "Tendría que vender 500 cafés al día para recuperar los gastos, es insostenible", lamenta.