El ovetense Marco Rodríguez tiene 4 años y quiere ser gruista y policía cuando sea mayor. Su hermana, Clara, tiene 7, y ha asumido con gusto su papel de hermana mayor, así que no duda en defenderle a gritos en el parque si algún niño idiota se mete con su estatura. Porque Marco tiene acondroplasia, una condición aún mal denominada socialmente como “enanismo” y que sigue siendo foco de chistes, miradas y comentarios fuera de lugar. Por suerte, la lucha de este colectivo, abanderado desde Gijón por la Fundación Alpe, referente a nivel nacional, empieza a dar ahora pasos de gigante. Alpe logró que los primeros cuatro ensayos clínicos para dar con un fármaco contra este enfermedad genética se estén realizando en España, y Marco será uno de los primeros en participar en uno de ellos. Mientras, la otra pelea sigue siendo un estigma ya incomprensible.
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