El paso del tiempo no atenúa la nitidez del recuerdo ni la valoración de las emociones. Se cumplen 25 años del primer trasplante de corazón realizado en Asturias. Un cuarto de siglo después, los protagonistas guardan aquel momento en el cajón de la memoria reservado a las vivencias más satisfactorias de su trayectoria profesional. Casi todos los médicos y enfermeras que participaron en aquella intervención pionera están jubilados; otros, han fallecido. Pero queda un legado del que se sienten muy orgullosos. Y quedan, sobre todo, muchos años de vida regalados a las personas que recibieron un órgano nuevo, una prórroga por la que están inmensamente agradecidos.
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