El viento sur y la seca han actuado como acelerantes y han provocado que los incendios, iniciados en su mayoría el miércoles en el interior, se hayan extendido tanto hacia el Sur como hacia la costa, arrasándolo todo a su paso. Poco han podido hacer los más de 600 efectivos movilizados para combatir el fuego, pese a su esfuerzo. A los medios aéreos se suman vehículos como las cubas de riego que en zonas como Navelgas están siendo fundamentales para frenar el frente de las llamas. En cuanto a al situación en Oviedo, las llamas obligaron al desalojo de madrugada del pueblo de Fitoria. Los vecinos han podido regresar a sus casas pasadas las nueve de la mañana, aunque advertidos de que podría haber riesgo de complicaciones en caso de que cambie el viento. En la cima del Naranco sigue habiendo lenguas de fuego peligrosas, pero se trata de una zona no habitada.