Son un equipo numeroso. Con perfiles y conocimientos muy variados. Casi todas mujeres. El trabajo de algunas de sus integrantes pasa muy inadvertido, pese a que sus aportaciones son decisivas. Solemos conocer a los oncólogos, a los cirujanos, a los radioterapeutas, a las enfermeras... Pero pocas veces nos fijamos en los radiólogos, los patólogos, los especialistas en medicina nuclear, los anestesistas...

El próximo jueves, 19 de octubre, se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama. Asturias registra cada año unos 900 casos de este tipo de tumor, el más frecuente entre la población femenina. En torno a la mitad se diagnostican en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Con motivo de la citada conmemoración, LA NUEVA ESPAÑA ha querido conocer de cerca el trabajo de un grupo de profesionales sanitarias que sufren el día a día de la dureza del cáncer, pero que experimentan también la satisfacción de muchas historias que acaban bien.

"Estamos asistiendo a grandes avances frente al cáncer de mama. El más importante, el enfoque multidisciplinar. Todo se basa en un buen diagnóstico. A continuación, va el tratamiento. La tasa de supervivencia cinco años después del diagnóstico oscila entre el 85 y el 90 por ciento", subraya Ana Llaneza Folgueras, cirujana general y jefa de la Unidad de Patología de Mama del complejo sanitario ovetense.

En el cáncer de mama, los itinerarios de las afectadas suelen tener dos inicios posibles: o bien descubren un bulto en un pecho de manera espontánea o bien se someten a una mamografía de rutina que muestra algo de apariencia preocupante. En el primer supuesto, la paciente acude al médico de atención primaria, que valora la anomalía. En el segundo, con la mamografía acude directamente al hospital de referencia.